SOBRE EL JUICIO DE ALCŔSSER
por Jesús S. Valdés


Desde hace varios meses y especialmente tras el inicio del juicio contra Miguel Ricart por los tristemente célebres sucesos de Alcàsser, hemos sido bombardeados con informaciones desde la casi totalidad de los medios de comunicación que, de una manera decidida, se alinean con la versión más o menos oficial. Se recogen en las crónicas de estos medios unas informaciones superficiales, evasivas cuando no ocultadoras de hechos, incluso durante el juicio.

A la vista simplemente de realidades obvias -distancias entre los lugares relacionados con el caso, personalidades de los sospechosos, carácter de las torturas, modo de interpretar pruebas biológicas- cualquiera con sentido común vería como delirante y rocambolesca, no la versión aureada por un programa televisivo, sino la llamada oficial. Si a esto sumamos el constante mensaje que se repite con el ánimo de desprestigiar a cualquier persona, sea científico, periodista o simple ciudadano que ponga de alguna manera en aprieto esta versión, la sospecha se hace aún mayor.

El divorcio entre los medios de comunicación y la ciudadanía me hace preguntarme si no asistimos a una masiva manipulación de la información, y si es posible que esto suceda con tantos medios de comunicación: no olvidemos que no son tantas las cabeceras de grupo (personas) y agencias que proveen de estas noticias.

Jesús Sánchez Valdés. Gijón

 

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