EL DOLOR DE ESPALDA DEL REY

Thésée

Alternativa libertaria, nº 225, febrero del 2000


"Los secretos de Bélgica son los secretos de Polichinela, en cuanto alguien los conoce están en coplas."


Hace tres meses un joven autor de biografías provocaba un escándalo al hacer alusión a una hija natural de Alberto II: Al día siguiente, varios periódicos publicaron un dossier completo sobre Delphine Boël, artista residente en Londres. Otros anunciaron que no dirían lo que sabían. Evidentemente, todos lo sabían, desde hacía mucho tiempo. Dos meses después, en su discurso de Navidad, Alberto II evocó la crisis que atravesó nuestro matrimonio hace más de treinta años, período de crisis que hace poco se nos ha recordado. Imposible un reconocimiento de Dauphine más claro. Los que no hayan entendido no entenderán nunca.

El hecho de que el príncipe Laurent no sea hijo de Alberto no se reconoce oficialmente. El interesado, sin embargo no hace gran defensa de sí mismo: Ya sé que se me moteja de bastardo. De cualquier forma, cuando me concibieron, ¡yo no estaba presente! Así que no puedo decir, y nunca he dicho que no fuese hijo del Rey [La Dernière Heure, 30/10/98]. Esperemos al discurso de Navidad de Alberto del año que viene -si es que hay uno.


Ya que Bélgica puede asimilarlo todo, y que se trata de echar abajo todas las puertas entreabiertas, ¿porqué no ir a la más interesante, la que separa el Palacio Real del caso Dutroux? Eso nos obliga a ir más allá de la estampita - por modernizada que esté - de la familia real.


Delphine, fruto de una crisis conyugal del "ámbito privado" de Alberto y Paola. Esa es la versión 'soft' de la historia. En realidad, la crisis conyugal dura desde hace ya más de treinta años y sus consecuencias rebasan ampliamente la esfera privada. Es público y notorio - aunque nadie lo diga públicamente - que Alberto siempre tuvo debilidad por la compañía de prostitutas, tanto en Ostende hace más de treinta años (cuando protagonizó un escándalo en el hotel La Renomée) como recientemente en Cannes, donde una call-girl a la que había regalado joyas de Cartier le robó el talonario tras su vuelta apresurada a Bruselas, a resultas de la evasión de Dutroux. [Le Soir, 25/9/98, La Libre Belgique, 30/5/98, La Dernière Heure, 6/6/98]


Hay que decir que el hacer consumo de prostitutas es una tradición de Palacio. Leopoldo II, sobrino de la reina Victoria, era cliente de una red inglesa de prostitución que le suministraba chicas muy jóvenes. Más tarde, conoció a Caroline, prostituta de 16 años, con la que - bajo el nombre de baronesa de Vaughan - se casó. [La baronesa de Vaughan, cuasi reina. 'Le Cri', 1998. A. Hochschild. El Fantasma del Rey Leopoldo, pág.221-224].


Respecto a Leopoldo III, el jefe de la Seguridad alemana en Bélgica durante la guerra, Canaris, declaró cuando fue interrogado que había prestado servicios al rey efectuando ciertos servicios en Knokke y Berchtersgaden, misiones que no eran sino lo que hoy se dice 'servicio de escolta', o sea, de búsqueda de prostitutas. [E. Raskin, Princesse Lilian, ediciones Luc Pire, 1998, pág. 109. 'Le Peuple et le Monde du Travail, 25/4/49].


No es el aspecto privado de estos comportamientos lo que debe retener nuestra atención, sino sus consecuencias sociopolíticas. El estatus real implica dos consecuencias. Para conservar su autoridad moral, hay que ocultar esos comportamientos, lo que conlleva el desarrollo de un doble lenguaje y una doble faz. Por otra parte, lo que es mucho más grave, las instituciones democráticas han de plegarse con regularidad para encubrir el comportamiento real e imponer la ley del silencio. Fue así como, por ejemplo, el secretario de Leopoldo III informó, en 1949, al ministro de Justicia del deseo del rey de que se impidiese la divulgación de las piezas del expediente Canaris referidas a la vida privada del rey y de la familia real durante la ocupación [x1][Archivos Generales del Reino. Memorias inéditas de Jacques Pirenne, pág 535]. Cincuenta años después, y a pesar de la abdicación de Leopoldo III, sigue siendo imposible consultar esas piezas, cuando los expedientes de esa época nunca fueron objeto de una censura así. [E. Raskin, Princesse Lilian, ediciones Luc Pire, 1999, pág. 108].


La inviolabilidad, garantizada por la Constitución, le permite realizar sus fantasmas sin límites. Lo que implica un riesgo de "inflación" en la conducta crapulosa y de cobertura por parte de las instituciones. ¿Qué relación tiene esto con el caso Dutroux-Nihoul (1)? Enterrados entre la avalancha de informaciones sobre este caso, dos pequeños artículos indicaron un nexo entre los sucesos actuales y el antiguo caso de los ballets rosas (2). La gendarmería habría descubierto que varios de los nombres que figuraron en las viejas agendas de la esposa del doctor Pinon - causa del estallido del escándalo de los ballets rosas - figuraban también en los carnés de direcciones de Michel Nihoul. Por lo que la gendarmería habría desenterrado el expediente de los ballets rosas. [Dimanche Matin, 2/2/97]. Otro artículo anodino del 'Soir' indicaba que la sociedad de Nihoul suministraba mariscos a diferentes establecimientos, como el Dolo (3), pero también a un club de golf del Wavre [Le Soir, 4/4/97]. Club de golf que era, precisamente, uno de los escenarios de las orgías de los ballets rosas.


De nuevo, lo que cuenta en este caso no son los comportamientos privados, sino el papel político - social de las personalidades encausadas. Recordemos que se trataba de francachelas en las que habrían participado personas de alta posición en los medios políticos, de negocios, militares y judiciales, como VBD (4), el príncipe Alberto, el general Beaurir, Blaton y Guy Mathot (5) [J. Mottard, R. Haquin, 'Les Tueries du Brabant', ediciones Complexe, 1990, pág 207. PV 15.538-384/81]. Recordemos también el incendio del diario 'Pour' en 1981, en el momento en que se disponía a publicar una conversación con una participante en las francachelas donde se citaban las personalidades arriba indicadas. Tras el incendio, Jean-Claude Garot, redactor jefe del 'Pour', remitió a la policía judicial una grabación de esa entrevista, la cual- tras pasar por las manos del comisario Marnette - se reveló inaudible. Poco después del incendio, Garot encontró los medios de instalarse en Estados Unidos y fundar allí una nueva empresa. El doctor Pinon, que había revelado que su mujer participaba en esas francachelas, tuvo todas las desgracias del mundo (inspección fiscal, inspección del INAMI, amenazas de muerte, etc.) Su mujer, que alardeaba de ser la mejor 'chupadora' del Brabante valón hizo carrera como secretaria de Jean Gol (7),y luego de De Donnes (8). En cuanto al expediente, murió de inanición en los archivos del Palacio de Justicia.

Lo que llamaba la atención en aquel expediente no eran las francachelas entre adultos consintientes, por muy principescos que fuesen, sino los testimonios según los cuales habrían participado menores en ellas, y habrían en ellas perdido la vida en circunstancias oscuras. Como bien dice Claude Semal "se puede combatir el crimen sin necesidad de ser un estrecho" [Claude Semal: La Triple Alianza del Crimen, del Secreto y del Silencio, Alternativa Libertaria 224, enero 2000]. Sin embargo la ausencia de celo de los investigadores no ha permitido aclarar nunca los hechos. Lo más asombroso, en realidad, no es tanto el contenido del dossier de los ballets rosas como el hecho de que se haya reflejado en un expediente judicial porque cualquiera que remueva los secretos de Polichinela del reino de los treinta últimos años, descubre numerosos casos del mismo tipo que jamás tuvieron consecuencias judiciales. Como aquella fiesta que se habría celebrado hacia 1980, en presencia de Alberto, en la que el jovencísimo amante de una tal Bebelle perdió la vida en el curso de lo que creía que era un juego erótico. Suicidio o ahorcamiento erótico, se susurraba al día siguiente en el Sablon.


Esta movida perversa del principio de los años 80 es precisamente el medio donde reinaba Nihoul, que desde poco antes se hacía llamar 'el príncipe de la noche'. En su "autobiografía", Nihoul habla de lugares de orgías llenos no sólo de hombres y mujeres de negocios, sino también de políticos, de abogados y de magistrados, incluso de sus de las esposas de éstos, así como de ciertas personas de uno y otro sexo pertenecientes a la nobleza. [M. Nihoul, Rumores y Verdades, publicaciones Dark and Light, 1998, pág. 46]. Muchas fuentes indican que tal 'príncipe' debió coincidir con el otro en numerosas ocasiones. Ese sería el escándalo que hay que silenciar a cualquier precio. Patrick Moriau (9) fue el primero que metió la pata - sin mucha consciencia de ello - al referirse a las súper protecciones de Nihoul en el entorno del palacio real. [P. Moriau, Diario de un Comisario, ediciones Luc Pire, pág. 311]: El oprobio general que le cayó encima y la vigilancia de la Seguridad del Estado le hicieron comprender que había pegado donde duele.


En una obra reciente [J. Noterman, La República del Rey, 1999, pág. 225, se dice que los testigos X, en cualquier caso X1, habrían reconocido a Alberto entre sus torturadores. Eso es falso en lo que se refiere a X1. Pero ella denuncia a algunos grandes amigos de Alberto, recientemente ennoblecidos o miembros del Consejo de la Corona, e invitados a la boda de Philippe y Mathilde. En cuanto al testimonio de X3, éste sí implica efectivamente a Palacio y constituye sin duda la causa principal del ocultamiento de las pesquisas de Neufchâteau [ver: Jacques Bertin: "¿Quién es el desconocido del Caso Dutroux?" , Politis 577 del 2/12/99 y A. Bulté, D. De Coninck, MJ Van Heeswyck, Los dossiers X, Lo que Bélgica no debía saber sobre el caso Dutroux, EPO, 1999]. Esta es la razón de Estado que explica a la vez la remoción de Connrotte (10), la frasecita del fiscal Borlet (11) (iré hasta el final si me dejan ir), su puesta bajo vigilancia, las anomalías de la investigación sobre Julia y Melliza, las desapariciones de testigos, el apartamiento del equipo de De Baets (12), la liberación de Nihoul y sus fanfarronadas. El hecho de que el fiscal general del Tribunal Supremo, Jean Marie Piret, sea el antiguo jefe del Gabinete del Rey, puede tener relación con la aceleración de la extinción del caso Dutroux.


Al mismo tiempo que se frenaba la investigación sobre los raptos de menores, se perciben signos que parecen anunciar un retiro prematuro del Rey. Noviazgo y matrimonio rápido de Philippe y Matilde (aparecida desde la nada). Dolores de espalda espectaculares de Alberto II (dolores de espalda nerviosos, dice él a sus íntimos). La pareja real acaba asimismo de adquirir una confortable propiedad en el Midi.

Todo hace pensar que el Rey se prepara a irse, y aquí paz y después gloria. ¿Se le debe permitir que lo haga así?. En virtud de la Constitución el Rey es irresponsable: está al abrigo de cualquier persecución judicial, goza de completa inmunidad, escapa a cualquier persecución represiva y a toda condena por crímenes, delitos o faltas. Pero este principio de irresponsabilidad y de inviolabilidad de la persona Real tiene como corolario la responsabilidad ministerial. Si el Rey ha cometido una falta que se juzga tan grave como para que ningún ministro acepte asumirla, la única sanción posible sería la abdicación [J. Noterman, La república del Rey, p.222].


En consecuencia, si resultase que la mala conducta de Alberto ha servido de protección a Nihoul, Mathot y algunos otros, haría falta que el gobierno dejase de amparar esas actuaciones (como lo ha hecho durante decenios el todo poderoso CVP-PSC). Haría falta también que una comisión de investigación parlamentaria haga la luz sobre esas protecciones y que eventualmente el Rey abdique sin dejar tras de sí aquellos que han organizado este sistema de protección. Esto no derrumbara al país El equilibrio del Estado belga y de su población requiere, por el contrario, que se vaya hasta el final de las investigaciones sobre los raptos y los asesinatos de menores. La insolencia de un joven de 18 años nos ha, felizmente, demostrado que no estábamos condenados a vivir bajo la ley del silencio.


Notas.


(1) Jean-Michel NIHOUL, delincuente de Bruselas, presente desde los años 80 en ciertos medios de negocios y políticos. Condenado en numerosas ocasiones por malversaciones financieras. Ha sido reconocido por varios testigos en compañía de Marc Dutroux en los lugares del rapto de Laetitia Deles, 24 horas antes de los hechos. Según diversos testimonios sería uno de los principales responsables de la organización de los raptos, abusos, torturas y asesinatos de menores. Acusado en el marco del Caso de los raptos de menores obtuvo la libertad condicional a principios de este año.

(2) "BALLETS ROSAS", nombre de un caso de tráfico sexual de los años 80, centrado en orgías que reunían a diversas personalidades.

(3) LE DOLO, café de Bruselas denunciado en varias ocasiones por ser un lugar de citas de personas relacionadas con las desapariciones y el tráfico de menores.

(4) Paul VAN DEN BOEYNANTS, alias VDB, social-cristiano, antiguo ministro y primer ministro belga.

(5) Guy MATHOT, socialista, político belga, antiguo ministro y vice-primer ministro belga.

(6) Georges MARNETTE, comisario de la Policía Judicial de Bruselas, en el centro de investigaciones belgas sobre temas muy delicados (Asesinatos de Brabante Valonia, Ballets Rosas, caso Raemkeers (rapto, tráfico, violencias contra menores), caso Dutroux, investigaciones de Neufchâteau (testimonios conocidos como X).

(7) Jean GOL, liberal, ministro de Estado, antiguo ministro de Justicia, antiguo presidente del Partido Reformador belga (francófono). Antiguo parlamentario europeo. Muero en 1995.

(8) François Xavier DE DONNEA, liberal, político belga, antiguo ministro de defensa, actualmente alcalde de Bruselas.

(9) Patrick MORIAU, político belga, socialista, miembro de la Comisión de investigación presidida por el actual ministro de justicia Marc Verwilghen "sobre el modo en que la investigación, en sus aspectos policiales y judiciales ha sido llevada a cabo en el "caso Dutroux-Nihoul y consortes".

(10) Jean -Marc CONNEROTTE, juez de instrucción en Neufchâteau, encargado de la investigación sobre el rapto y la muerte de Julie y Melissa, También ha abierto el dossier concerniente a los testigos llamados X. Antes se había ocupado de dossiers como los "títulos robados", los asesinatos de Brabante Valonia. Fue removido del caso Dutroux por haber aceptado un regalo (un bolígrafo) en una comida organizada por los parientes de las víctimas
(11) Michel BOURLET, Fiscal en Neufchâteau en el momento de la detención de Marc Dutroux.

(12) Frédérick DE BAETS, jefe del equipo de la Gendarmería de Bruselas encargada de seguir en Neufchâteau las investigaciones relativas al caso Dutroux y los testigos X. Acusados de haber falsificado el dossier sobre el testigo X1, De Baets y su equipo fueron apartados de la investigación en 1998. En enero de ese año han sido totalmente blanqueados del conjunto de las acusaciones que pesaban sobre ellos. [x1].

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