TOXICOLOGÍA


Las mediocres autopsias realizadas por los forenses de Valencia y las contradictorias "confesiones" de Miguel Ricart, habían convertido el triple crimen de Alcácer en un misterioso suceso lleno de puntos oscuros.

Por ello, los informes del Instituto Nacional de Toxicología, el organismo al que se habían enviado para analizar algunas partes de los cuerpos y la mayoría de las muestras encontradas,

Sin embargo, estos estudios había nacido "manipulados", merced a un oficio, firmado por el juez Bort, que acompañaba siempre a las muestras que se enviaban a analizar y que decía:

En virtud del procedimiento SUMARIO NÚMERO 1/93, por delitos de ASESINATOS y otros, dirijo a V.I. el presente al objeto de ORDENARLE se proceda AL ANÁLISIS de las sustancias que se remiten junto con el presente oficio, Y CONCRETÁNDOSE A LAS PRUEBAS INTERESADAS POR LA GUARDIA CIVIL.

Esto quería decir que, por ejemplo, (como ocurrió realmente) si la Guardia Civil enviaba a analizar un trozo de metal encontrado en la fosa y únicamente solicitaba que averiguara si se trataba de "restos humanos", el Instituto estaba en la obligación de contestar que no, pero no podía estudiarlo para averiguar de qué se trataba, ya que se tenía que "concretar a las pruebas interesadas por la Guardia Civil".

Con fecha de 4 de marzo de 1993, el Instituto Nacional de Toxicología remitió al Juzgado de Alcira los primeros resultados de los estudios realizados.

Se trataba, en primer lugar del "estudio criminalístico de los orificios de disparo".

En ninguno de los tres orificios de entrada se observa ahumamiento ni partículas de negro de humo alguna. Tampoco hemos detectado concentraciones metálicas que nos hagan suponer que el disparo fue realizado a cañón tocante o a muy corta distancia. La práctica ausencia de fracturas craneanas parece en principio otro indicio de que la distancia del disparo no fue muy corta, sin embargo ésto no siempre es así, aunque sí lo más habitual.

CONCLUSIONES:

1ª) El cráneo del cadáver nº 1 presenta un orificio de entrada en fosa temporal izquierda (sien izquierda) y un orificio de salida en el techo de la órbita derecha.

El disparo que dio lugar a dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 1 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia. No hay posibilidad de conocer la distancia del disparo.

2ª) El cráneo del cadáver nº 2 presenta un orificio de entrada en línea media del occipital por encima del plano nucal y un orificio de salida en el borde interno de la órbita izquierda.

El disparo que dio lugar a dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 2 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia, sin poder conocer a qué distancia se realizó.

3ª) El cráneo del cadáver nº 3 presenta un orificio de entrada en región occipital izquierda y un orificio de salida en región frontal derecha.

El disparo que originó dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 3 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia. No podemos conocer la distancia existente entre la boca del arma y el blanco en el momento del disparo.

Resultaba tremendamente llamativo que los especialistas del Instituto Nacional de Toxicología afirmaran que el cráneo del cadáver nº 1 tenía "orificio de salida", cuando la bala fue encontrada por los forenses incrustada en el interior del cráneo.

El siguiente de los análisis se refería a: "Búsqueda de fragmentos adheridos o incrustados y determinación de sus componentes" y "Mecanismo de avulsión de la areola en la región periareolar de la mama derecha del cadáver nº 2".

Se trataba de comprobar si en alguna de las heridas o en las uñas, los técnicos podían encontrar alguna pista del asesino o asesinos, o restos de algún material que pudiera conducir a averiguar el sitio donde las niñas habían sufrido las brutales torturas.

Análisis realizado:

Procedemos al estudio de las muestras bajo el microscopio estereoscópico a fin de buscar indicios tales como fibras, pelos, etc.

CONCLUSIONES:

Cadáver nº 1:

- La cara posterior del codo izquierdo presenta una herida abierta. se encontraron dos pelos de origen sexual, así como restos pertenecientes a los dípteros de la fauna cadavérica. No hemos encontrado restos de fibras o de tierra.

- El dorso de la mano derecha presenta restos de fauna cadavérica, pero ningún otro indicio de interés.

- La mano izquierda aparece atada con una venda. A excepción del dedo medio, el resto carece de uñas. La uña del dedo medio no muestra fibras o pelos adheridos, ni tampoco signos de defensa.

La mano derecha carece de cara palmar. Solo conserva la uña del dedo índice, cuyo extremo aparece limpio, sin mostrar arañazos ni roturas manifiestas.

Cadáver nº 2:

- La mano derecha está bien conservada. Presenta un resto de pelo de origen sexual que se separa para su posterior estudio. Las uñas son excesivamente cortas y carecen de borde libre, lo que impide extraer algún material. No presentan roturas ni enganches.

- La rodilla presenta siete heridas inciso-punzantes paralelas entre sí y otras distribuidas aleatoriamente. Sobre su superficie hay abundantes restos de fauna cadavérica pero ningún otro indicio de interés.

- La morfología de los bordes de la herida de la región periareolar de la mama derecha sugiere que ésta fue producida por un instrumento no cortante y por un mecanismo inciso-contuso con arrancamiento.

Cadáver nº 3:

- La rodilla izquierda presenta una herida inciso-punzante de grandes dimensiones y abundante fauna cadavérica, pero ningún otro indicio de interés.

- A excepción del dedo índice en el que la uña es distinguible, las restantes están ausentes. Tanto la superficie como el borde la uña no muestran roturas aparentes.

Lo más significativo del anterior Informe, era que los peritos del Instituto Nacional de Toxicología habían encontrado "restos de dípteros de la fauna cadavérica", lo cual, sin ningún género de dudas, demostraba que los cadáveres habían estado a la intemperie durante cierto tiempo. Inexplicablemente, no se realizó estudio alguno sobre esta fauna, ni sobre las larvas encontradas, detalles de tanta importancia que llevaron a manifestar al profesor Frontela (al que nunca habían dejado ver esta fauna cadavérica) que "casi con toda seguridad los cadáveres de las niñas habrían estado en dos sitios distintos".

Además, resultaba sorprendente que la practica totalidad de las uñas de las tres niñas, hubieran desaparecido. Algo que no tenía explicación, ya que las uñas, junto con los dientes son las partes del cuerpo humano que más tardan en descomponerse, y si se hubieran caído por efecto de la putrefacción, tendrían que haberlas encontrado en la fosa los miembros de la UCO, en el minucioso cribado que hicieron durante casi cinco días.

También parecía claro que las violaciones no se habían producido sobre el suelo de la caseta de "La Romana", porque en las heridas de los codos y las rodillas no había ni un solo grano de tierra ni de ningún otro material, y el suelo de la buhardilla estaba lleno de arena y porquería.

Y un último detalle: los peritos del Instituto habían visto lesiones que los forenses no habían reseñado en su informe, como que el cadáver número 3 tenía una "herida inciso-punzante de grandes dimensiones" en la rodilla izquierda, y el número dos "siete heridas inciso-punzantes paralelas entre sí", igualmente en la rodilla izquierda. ¿Cómo podía habérseles olvidado a los forenses?

El tercero de los informes correspondía a los estudios histopatológicos de los restos enviados, al objeto de comprobar si determinadas lesiones habían sido causadas en vida o no de la víctima.

Los resultados, en lo que hacía referencia a los cadáveres 1 y 2 eran claros: las lesiones que se apreciaban en las muestras remitidas habían sido todas causadas en vida de las víctimas.

Sin embargo, las lesiones que presentaba el cadáver número 3 en la zona genital, habían sido provocadas después de la muerte.

Resultados cadáver 3:

- Paquete visceral perineal (recto y vagina) que incluye orificios anal y vaginal:

Se examina detenidamente para localizar y reconocer las lesiones descritas macroscópicamente en la información recibida.

a) Se refieren "desgarros vaginales sin signos de reacción ni hemorragia". En la pared de la vagina se observan dos grandes zonas "lesionales" o soluciones de continuidad de bordes irregulares a ambos lados de la pared vaginal, de unas dimensiones totales aproximadas de 4,5 cm. de diámetro en el lado izquierdo de la muestra y unos 4 x 5 cm. en el lado derecho. Se comprueba la ausencia de fibrina o hemorragias. Metacromasia negativa.

b) "Erosiones en labios mayores de 0,5 cm.". Sobre la muestra no se reconocen lesiones ostensibles en el labio mayor izquierdo; en labio derecho hay desprendimiento epidérmico y zonas de depresión. En la piel adyacente hay una zona oscura de unos 5 x 1,5 cm. Metacromasia negativa.

c) "Erosiones de 0,3 cm. en ambos márgenes anales". Se reconocen sobre la muestra, no presentan coloración oscura ni restos de fibrina ni sangre. Metacromasia negativa.

d) "Hematoma perianal". En la piel de la región perianal derecha se observan manchas oscuras lineales pero poco definidas de unos 5 cm. de longitud. Sin metacromasia en fibras conectivas.

Los peritos del Instituto Nacional de Toxicología no tenían ninguna duda (dado que la metacromasia era negativa) que con el cadáver número 3 se habían cometido actos de necrofilia. Es decir, alguien había violado vaginal y analmente a la víctima número 3, cuando ya había muerto.

Cinco días después, el 9 de marzo de 1.993, el Instituto remitió al juez el segundo de sus Informes.

Se trataba de los estudios antropológicos de los cráneos y sobre los huesos que habían encontrado los miembros de la UCO durante el cribado de la tierra de la fosa.

"En los tres casos las características morfológicas son propias e inequívocas del sexo femenino y de la raza blanca.

El tamaño y desarrollo de los cráneos evidencian un crecimiento próximo a su conclusión. Sabemos que no se trata de mujeres adultas. Nos permite afirmar que se trataba de adolescentes, de más de doce años y menos de dieciocho.

Estudio estomatológico del cráneo nº 1:

No hemos encontrado signos traumáticos recientes ni en las piezas dentarias ni alveolos, de modo que las piezas que faltan se han perdido post-mortem, como consecuencia de la putrefacción. Estas piezas fueron: 11, 15 y 21

Una de la primeras cosas que llama nuestra atención, es la pigmentación anómala de los dientes, color grosella. Esta no proviene de los tejidos dentarios pero tampoco es de origen exógeno. Tanto en nuestra experiencia como en la de otros antropólogos forenses, esta pigmentación la hemos encontrado en los casos de muertes por asfixia de cualquier origen (ahogados, intoxicaciones por monóxido de carbono, sobredosis de heroína, etc.). Tanto el color como la distribución, son distintos de las hemorragias intrapulpares producidas por contusiones.

La conclusión a la que llegaban los especialistas del Instituto era que la víctima nº 1 presentaba una coloración en los dientes típica de una muerte por asfixia.

Pero aun iban a reseñar otro extraño detalle más:

"Al limpiar la muestra, aparecieron dos piedras de aristas marcadas de 11 y 12 mm, una impactada en la zona posterior de la fosa nasal izquierda, y otra en coanas. No encontramos otras piedras de mayor o menor calibre, ni tan siquiera tierra, ni en el magma de las fosas nasales que recubría a las anteriores, ni en cuencas orbitarias, por lo que es difícil explicar cómo llegaron allí, ya que son demasiado grandes como para haber atravesado la apertura piriforme y la zona media de las fosas nasales sin romper los cornetes".

¿Cómo podía explicarse que hubiera dos piedras dentro del cráneo? Dos piedras que "era difícil explicar cómo llegaron allí", ya que no cabían por los agujeros de la nariz y tampoco por el producido por la bala. Además, increíblemente, los forenses no las habían visto y eso que limpiaron el cráneo a conciencia, ya que los peritos del Instituto no encontraron ni un grano de tierra. ¿Cómo podía ser posible que no hubieran visto dos piedras, una de color rojo y otra de color negro, del tamaño de una canica?

Estudio del sistema estomatológico del cráneo nº 2:

No encontramos signos traumáticos ni en las piezas dentarias ni alveolos, de modo que las piezas que faltan (11, 12, 13, 21, 22 y 41) se han perdido postmortem, como consecuencia de la putrefacción. Algunas piezas, aunque no están fracturadas muestran signos contusivos.

Según el informe de los forenses, al cadáver nº 2 únicamente le faltaban dos dientes, "los dos incisivos mediales". ¿Cómo era posible que según los peritos de Toxicología faltaran seis? ¿Qué había ocurrido con los otros cuatro?

Estudio del sistema estomatológico del cráneo nº 3:

En esta ocasión, sí encontramos signos traumáticos en las paredes externas de los alveolos de las siguientes piezas: 11, 12, 13 y 21. Son pequeñas fracturas, a veces microscópicas, que no interesan a la totalidad de la pared externa, producidos por una presión excesiva sobre las coronas de estos dientes, en sentido transversal (quizá un fuerte golpe). Es poco probable que esto diera lugar a una avulsión de las piezas, salvo quizá la 21 que muestra una fractura con pérdida de sustancia considerable. Por lo tanto, opinamos que las piezas perdidas post-mortem fueron: la 11, 12, 13, 14, 15, 17, 22, 23, 24, 27, 31, 34 y 41. Es posible que la 21 se perdiera antes de la muerte.

En este caso, los peritos consideraban que "probablemente" una de las piezas dentarias le hubiera sido arrancada en vida.

Pero, había un problema al que los científicos del Instituto Nacional de Toxicología no podían dar respuesta.

Según sus informes, al cadáver nº 1 se le habían caído "post-mortem (después de muerto) por efecto de la putrefacción" tres piezas dentarias; al cadáver nº 2, seis; y al cadáver nº 3, catorce. En total, a las niñas les faltaban 23 dientes y muelas, que tendrían que haber sido encontrados en la fosa, durante el cuidadoso cribado que se hizo durante casi cinco días y en el que se encontraron hasta pelos y fibras. Sin embargo, en la fosa no había ni un solo diente. ¿Dónde estaban? ¿Qué había ocurrido con esas 23 piezas dentarias?

Además, los científicos del Toxicológico ponían de manifiesto un gravísimo error cometido por los forenses.

Según consta en el informe de los médicos valencianos, refiriéndose al cadáver nº 1:

Los hallazgos necrópsicos permiten inferir con ABSOLUTA CERTEZA la existencia de una lesión cerebral causante de la muerte, derivada de una herida por arma de fuego.

El motivo del fallecimiento es CON TODA SEGURIDAD la destrucción de centros vitaales encefálicos producida a consecuencia de un disparo por arma de fuego.

Pues bien, el equipo que dirigía el profesor Verdú, pese a su "absoluta certeza" y "total seguridad", se había equivocado.

Según los especialistas del Instituto Nacional de Toxicología:

En el cráneo nº 1, el diploe correspondiente al orificio de entrada, no muestra signos de reacción vital (hemorragia) cuando es observado macroscópicamente, ni bajo microscopio estereoscópico a cincuenta aumentos. Con el fin de comprobar este extremo, la muestra es observada bajo SEM (microscopio electrónico de barrido), corroborándose la ausencia de hemorragia.

Sin ninguna duda, la víctima nº 1 estaba ya muerta cuando le dispararon en la cabeza.

Las otras dos víctimas, en cambio, si estaban vivas cuando recibieron el disparo en la cabeza.

En los cráneos núms. 2 y 3, el diploe correspondiente a los orificios de entrada, sí muestran signos de reacción vital (hemorragia) tanto macroscópicamente como bajo microscopio estereoscópico y SEM.

Finalmente, pasamos a cotejar los datos de identificación de las supuestas víctimas, con los extraídos del estudio, así como a realizar la superposición fotográfica entre cráneos y fotografías indubitadas, con el fin de comprobar si la forma y proporciones faciales coinciden.

CONCLUSIONES:

Los cadáveres corresponden a ANTONIA GÓMEZ, DESIRÉE HERNÁNDEZ y MIRIAM GARCÍA

En cuanto a los fragmentos indeterminados enviados en un segundo momento, (los huesos aparecidos posteriormente en el interior de la fosa) están constituidos por:

- Una segunda vértebra cervical (axis) cuyo tamaño, proporciones y grado de madurez, corresponden con una mujer de menos de 21 años. La forma y proporciones de su agujero cervical, son compatibles con las del orificio magno del cráneo 2.

- Una tercera vértebra cervical, cuyo tamaño, proporciones y grado de madurez, corresponden a una mujer menor de 21 años. La forma y proporciones de su agujero cervical, parecen coincidir con los del Orificio Magno del cráneo 3. No es articulable con el axis.

- Una epífisis distal del radio derecho de un individuo de menos de 16 años de edad, cuya forma y tamaño es compatible con el sexo femenino.

- Una primera falange metacarpiana, correspondiente a un joven del sexo femenino.

- Una segunda falange metacarpiana, que se articula con la anterior (pertenecen al mismo dedo).

- Dos piedras.

El informe acerca de estas muestras iba a ser tremendamente polémico.

En primer lugar, los peritos de Toxicología consideraban que las vértebras encontradas en la fosa por miembros de la Guardia Civil, en días posteriores al levantamiento de los cadáveres, se correspondían con una segunda vértebra cervical (axis) y una tercera. Además, según sus estudios, el axis pertenecería al cadáver nº 2 y la tercera vértebra cervical pertenecería al cadáver nº 3.

Pues bien, según se comprobó en las radiografías que el profesor Frontela realizó de los cuerpos, (ya que los forenses valencianos no las hicieron al realizar su autopsia), los cadáveres nº 2 y 3 tenían todas las vértebras cervicales. Es más, según el juez, el cadáver nº 3 había sido sacado de la fosa completo, con la cabeza unida al tronco, por lo que resultaba imposible que a este cuerpo le pudiera faltar una vértebra cervical.

Por lo tanto, las dos vértebras cervicales halladas en la fosa, únicamente podían pertenecer al cadáver nº 1. Sin embargo, esto también era imposible, dado que según los científicos del Instituto Nacional de Toxicología, la tercera vértebra "no es articulable con el axis", que es la segunda. Es decir, que cada una de las vértebras, obligatoriamente, tenían que pertenecer a cuerpos distintos. Pero, ¿a cuáles?

Estaba claro que, al menos una de las vértebras, no pertenecía a ninguna de las tres niñas pero, inexplicablemente, los jueces se han negado a que se haga el análisis de ADN de estos huesos, para saber, con total seguridad a quién pertenecen.

Otro de los grandes misterios iba a ser la aparición en la fosa de "una epífisis distal de radio derecho", ese hueso saliente que tenemos en la muñeca.

Según demuestran las radiografías realizadas por el profesor Frontela, los cadáveres de las tres niñas tenían la epífisis distal del radio derecho. Luego, sin ninguna duda, la epífisis que apareció enterrada en la fosa tenía que pertenecer a otro cadáver.

Además, había un detalle respecto a esta epífisis distal, que los peritos del Instituto no habían reseñado en su informe, pero que si declararon ante el juez, y era que la epífisis había sido cortada con un serrucho. Esto es lo que respondía el perito, cuando le preguntaron porqué pensaba que le habían enviado una epífisis cortada:

"Habría que preguntárselo al forense si lo quiso cortar o no lo quiso cortar. Evidentemente si está cortado será que quería cortarlo. Me imagino que o lo cortó pensando empezar por ahí para calcular la edad y a lo mejor luego consideró que no hacía falta, yo no sé porqué lo mandó".

El perito pensaba que el hueso había sido remitido por los forenses para analizarlo. Nunca pensó que había sido encontrado en la fosa, cortado con un serrucho. Lo que desde luego estaba clarísimo es que no la habían cortado los forenses:

Verdú: No. Nosotros no serramos ningún extremo de los antebrazos de las chicas porque en el examen que nosotros hacemos, el examen externo del cadáver no detectamos nada en absoluto y además que esté la epífisis o no esté la epífisis del radio en un momento dado si no hay ninguna lesión, ni ninguna lesión en la piel, no tiene ninguna importancia. El profesor Frontela dice que estaban todas. El hecho es que nosotros no nos fijamos porque no tiene ninguna importancia para la autopsia que estamos practicando.

¿A quién pertenecía esa epífisis distal? ¿A quién habían cortado una mano con un serrucho?

El tercero de los informes elaborados por el Instituto Nacional de Toxicología llegó al Juzgado de Alcira el 1 de abril de 1993.

Era uno de los más esperados porque, entre otros, estaban los estudios sobre presencia de esperma y de sangre en las diferentes muestras. Desgraciadamente, los resultados no iban a ser nada satisfactorios.

Se habían analizado:

- Todas las prendas que portaban los cadáveres, incluidas las prendas íntimas.

- Material obtenido del interior de las cavidades vaginales y rectales.

- La alfombra en la que aparecieron envueltos los cuerpos.

- Las muestras obtenidas del Opel Corsa: Tapizado sito debajo de la palanca del freno de mano. Balleta. Tapicería del asiento delantero derecho. Tapicería del asiento y respaldo posterior. Tapicería asiento posterior del vehículo. Alicates.

- Las muestras obtenidas en la planta superior de la caseta: Fibras de la funda del colchón tipo Flex. Sábana blanca recogida sobre el colchón de espuma. Trozo de madera. Cuerda de fibra sintética de color negro. Navaja.

- Las muestras obtenidas en la planta baja de la caseta: Raspaduras de la pared.

- Las muestras obtenidas en las proximidades de la caseta: Toalla.

- Las muestras obtenidas en el corral de ganado de Alborache: Una funda de colchón de color azul.

- Las muestras obtenidas del Seat Ronda: Un hacha.

- Las muestras obtenidas en el interior de la fosa: Dos cuerdas de fibra sintética de color negro.

Dos cuerdas de fibra sintética, de color negro, presentando lazo doble con nudo fijo. Piedra. Una cazadora de pana beige. Una camiseta blanca.

- Las muestras obtenidas en el chalet de Benaguacil: Una toalla con dibujos color rosa. Una toalla blanca. Una servilleta de papel. Un trozo de papel higiénico.

1. INVESTIGACIÓN DE ESPERMA

Se realiza un estudio macroscópico de las muestras remitidas y se observan diferentes mnchas que por sus características pudieran ser de esperma en la muestra nº 7 A (funda de colchón encontrado en Alborache). Se detecta fuerte actividad fosfatásica en diferentes zonas de la misma. Se visualizan espermatozoides en gran concentración en una de las manchas halladas en la funda del colchón.

En el resto de las muestras, si bien no se observan con claridad manchas de esperma, debido al mal estado de conservación (putrefacción, suciedad, humedad, restos de tierra, etc...) se investiga la presencia de restos de esperma mediante las siguientes pruebas: Fosfatasa ácida, Investigación de espermatozoides e Investigación de la Proteína P30.

Los resultados obtenidos solo permiten afirmar la presencia de esperma en la muestra nº 7 A (funda de colchón encontrada en la caseta de Alborache), siendo negativa en todas las demás muestras.

2. INVESTIGACIÓN DE SANGRE

Se realiza un estudio macroscópico de las muestras remitidas y se observan diferentes manchas que por sus características pudieran ser de sangre en la muestra Nº 7 A (funda colchón).

En el resto de las muestras, si bien no se observan con claridad manchas de sangre, debido al estado de putrefacción, suciedad, humedad, restos de tierra, etc., se investiga la presencia de restos de sangre humana.

Los resultados obtenidos en la investigación de manchas de sangre, sólo permiten afirmar la presencia de hemoglobina A humana en las muestras nº 4 del 1º envío (líquido de la cavidad torácica del cadáver nº 3), en la muestra nº 7ª del 2º envío (funda colchón), en la muestra nº 4 del 5º envío (trozo de papel higiénico encontrado en el chalet de Benaguacil).

Según los análisis del Instituto Nacional de Toxicología, únicamente había restos de esperma en la funda del colchón recogida en la caseta de Alborache. Con respecto a la sangre, solo se había detectado en la misma funda de colchón, en el líquido que los forenses habían extraído del pecho del cadáver nº 3, y en un trozo de papel higiénico que la Guardia Civil había encontrado en el chalet de Benaguacil, el mismo chalet donde el supuesto Antonio Anglés se había dejado "olvidadas" cinco fotografías.

Sin embargo, en la caseta de La Romana (donde "oficialmente" ocurrieron los hechos), en las ropas de las niñas, en la alfombra, ni en ninguna de las restantes muestras, había el menor rastro ni de esperma, ni de sangre.

En este mismo Informe, los técnicos del Instituto remitían los resultados de otro estudio:

ANÁLISIS QUÍMICO - TOXICOLÓGICO

Muestras recibidas:

Sangre hallada en cavidad torácica, vesícula biliar, estómago y objeto hallado en estómago del denominado cadáver nº 3.

Análisis solicitado:

Investigación toxicológica de alcohol en sangre, drogas de abuso en sangre, vesícula biliar y estómago, e identificación de posibles restos encontrados en estómago así como del elemento encontrado en el interior del estómago.

Análisis realizado:

Determinación de alcohol etílico en sangre.

Determinación general de drogas y en particular de opiáceos derivados de morfina, cocaína, metadona, propoxifeno, barbitúricos y diacepinas en sangre y lavados del estómago y vesícula biliar.

RESULTADOS:

Se detecta 0,48 g/l de alcohol etílico en sangre.

No se detecta ninguna de las restantes drogas analizadas.

Hay que hacer constar que dado que las muestras se encontraban en avanzado estado de putrefacción, los resultados obtenidos no son muy significativos.

En los restos encontrados en el estómago sólo se identifican ácidos grasos y grasas.

En el elemento hallado en estómago, remitido separadamente, se identifican ácidos grasos y una sustancia no identificada, pero que parece estar relacionada con las purinas.

Según los peritos, la pequeña cantidad de alcohol en sangre detectada en el cadáver nº 3, no significaba que éste se hubiera ingerido, sino que podía haber sido provocado por la propia putrefacción.

Sin embargo, no daban respuesta a uno de los interrogantes planteados por los forenses. ¿Qué era el elemento que habían encontrado en el estómago del cadáver nº 3? Según sus conclusiones "ácidos grasos y una sustancia no identificada". ¿Cómo era posible que el mejor laboratorio de España no pudiera identificar una sustancia? ¿De qué se trataba?

El último de los resultados de este tercer Informe se refería al "objeto" encontrado en el estómago del cadáver nº 3 y al "cuerpo extraño" hallado en la vagina del cadáver nº 2.

ANÁLISIS CRIMINALÍSTICO.-

Análisis solicitado:

1.- Identificación del objeto encontrado en el interior del estómago del Cadáver 3.

2.- Investigación del contenido del estómago del Cadáver 3.

3.- Investigación del cuerpo extraño hallado en el interior de la vagina del Cadáver 2.

CONCLUSIONES:

- El contenido de estómago del cadáver 3 consiste en un material constituido por ac grasos, grasa y aire, productos de la putrefacción.

- El material encontrado en el estómago del cadáver 3 contenido en el bote 7, consta de grasa, ácidos grasos, aire y una sustancia relacionada con las purinas, todo ello productos de la putrefacción.

- El material encontrado en la vagina del cadáver 2 es similar al anterior, corresponde a producto de la putrefacción.

Según Toxicología, el "objeto" y el "cuerpo extraño" eran simples productos de la putrefacción.

¿Cómo era posible que seis forenses, entre ellos dos profesores universitarios como Verdú y Villalaín, confundieran productos de la putrefacción con un "objeto" y un "cuerpo extraño"?

El 14 de mayo de 1993, Toxicología remitía al juez Bort un Informe que no había sido solitado por él, sino por el capitán Ibáñez:

INFORME: C-0766/93

RESULTADO DEL ANÁLISIS SOLICITADO POR D. SANTIAGO IBÁÑEZ GÓMEZ; 311ª COMANDANCIA (VALENCIA), UNIDAD ORGÁNICA DE POLICÍA JUDICIAL 3112101000, EN NOTA DE 19 DE FEBRERO DE 1993.

La nota decía:

"Adjunto remito a V.I., copia Informe pericial elaborado por el Instituto Nacional de Toxicología (Madrid), de las cuerdas que maniataban las niñas de Alcácer, y las de Cristina Mercedes Llorca Pastor, Sumario 5/93, que sigue el Juzgado de Instrucción número cuatro de los de Liria (Valencia), el cual fue solicitado por esta Unidad ya que el sospechoso Antonio Anglés Martins, por las fechas que apareció muerta Cristina actuaba por la zona de Liria.

Análisis solicitado:

Estudio comparativo entre las muestras.

CONCLUSIONES:

- Las cuerdas 1, 2, 3F, 4F y 24 S son de polipropileno.

- Las cuerdas 1 y 2 tienen distinto entramado que las 3F, 4F y 24 S, por lo que no han sido obtenidas de un mismo rollo de cuerda.

Los resultados del Instituto Nacional de Toxicología, ponían de manifiesto que las cuerdas halladas en la fosa donde enterraron los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, eran idénticas a las que maniataban a Cristina Llorca, una chica asesinada poco tiempo antes en Liria. Sin embargo, no habían sido "obtenidas de un mismo rollo de cuerda".

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