LA DETENCION


La aparición junto a la fosa de dos papeles troceados, en los que se podía leer claramente en ambos el nombre de Enrique Anglés Martínez y su domicilio, parecía una pista importantísima. Sin embargo, había varios detalles que ensombrecían este hallazgo. El primero, que el juez no hubiera visto en ningún momento los citados papeles, ya que según declaró Raúl Martín González, uno de los tres guardias civiles que subieron junto al colmenero los primeros a la fosa, "antes de yo bajarme y antes inclusive de hacer el levantamiento de cadáver la única persona que abandonó el lugar fue el capitán de la compañía con su conductor, con los trozos de papel que habíamos encontrado".

Además, resultaba difícil entender que un asesino llevara en el bolsillo un parte médico de haber sido tratado en urgencias de una blenorragia (enfermedad venérea) el día 4 de mayo de 1992 y una orden judicial del mismo mes, y que seis meses después, justo al terminar de enterrar a sus víctimas, sacara de su bolsillo los dos papeles con su nombre y dirección, los rompiera en pedazos y los esparciera junto la tumba. Porque si hubieran aparecido enteros, uno puede pensar que en un descuido se le han podido caer del bolsillo, pero rotos en pedazos...

Sin embargo, el hecho más sorprendente, según se pudo averiguar después gracias a un informe del Instituto Nacional de Meteorología, es que en esa zona habían estado soplando vientos de hasta 106 kilómetros por hora e, inexplicablemente, ninguno de los papelitos se voló. Un auténtico milagro había hecho posible que 75 días después, 75 días de los meses de noviembre, diciembre y enero, en pleno monte, los papelitos estuvieran allí y el nombre y la dirección aparecieran perfectamente legibles.

Sea como fuere, este dato movilizó esa misma tarde del 27 de enero de 1993 a la Guardia Civil. Para los investigadores estaba claro que la persona a la que correspondía el nombre que aparecía en los papeles, algo tenía que ver que los hechos.

Según consta en los documentos de la Benemérita:

"Como en la inspección ocular practicada en las inmediaciones de la fosa donde fueron encontrados los cuerpos sin vida, se encontraron unos trozos de papel que componiéndolos resulta ser una hoja del Servicio de Urgencias del Hospital de la Fe de Valencia, en la que constaba que había sido atendido ENRIQUE ANGLÉS MARTINS, al considerar que ello era un indicio racional suficiente, se presentaron miembros de la Unidad de Policía Judicial en el domicilio de ENRIQUE ANGLÉS al objeto de proceder a su detención".

La vivienda en cuestión se encontraba en Catarroja, un pueblo situado a menos de diez kilómetros de Valencia capital. Se trataba de un cuarto piso, sin ascensor, de un edificio que se hallaba en la calle principal, una calle con mucho tráfico, ya que es más una carretera que una calle, que une Catarroja, los pueblos cercanos y Valencia. Curiosamente, la citada vivienda no era desconocida para los agentes de la Guardia Civil que ya habían realizado más de un registro de la misma, dado que aquel piso era uno de los focos de venta de droga de Catarroja. Y, por supuesto, también eran conocidos los moradores del piso, varios hermanos, todos ellos delincuentes con antecedentes, que vivían con su madre viuda.

El encargado de la operación fue el sargento Moreno Alegre. Según declaró:

"Hablamos de la tarde del 27 sobre las 19 y pico horas, y la orden de trasladarme a Catarroja y detener a Enrique Anglés creo que era del señor capitán de la Policía Orgánica Judicial de la 311, don Santiago Ibáñez.

Que para llevar a cabo el registro, lo organizó el capitán de la unidad orgánica consistente en el desplazamiento de cinco componentes de la unidad, con apoyo inicial de un miembro del puesto de la Guardia Civil de Catarroja. Fue trasladarse al lugar, subir al domicilio, llamar a la puerta, se comienza llamando al timbre, al no tener contestación se reitera la llamada, se escuchan pasos en el interior, se golpea la puerta para confirmar que hay alguien en el interior".

Como hubiera sido lógico presumir, las cosas no resultaron tan fáciles para los miembros de la Guardia Civil.

"Como ante la presencia de los agentes, los que estaban dentro del domicilio sito en la calle Camí Real nº 101, 4ª de CATARROJA, perteneciente a Emilio ANGLÉS MARTINS (en la diligencia confunden en nombre de Enrique con el de Emilio), en lugar de atender a los requerimientos de los agentes, cerraron la puerta, desconectaron el timbre y atravesaron un gran tablón de madera en la puerta de entrada al piso para impedir la entrada, del Juzgado de Instrucción número DOS DE LOS DE CATARROJA se solicitó y obtuvo mandamiento judicial para la entrada y registro en el domicilio y detención de Emilio ANGLÉS MARTINS".

La falta de previsión del Capitán Ibáñez, el máximo responsable de Unidad Orgánica de Policía Judicial de la 311ª Comandancia de la Guardia Civil, provocó que se perdiera un tiempo precioso. El sargento primero Moreno Alegre tuvo que regresar a Valencia, a la Comandancia, para redactar una solicitud de auto de entrada y registro, en la que argumentaba que "trasladados los componentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la 311ª Comandancia de la Guardia Civil, al domicilio antes mencionado (el de Enrique Anglés), en el mismo desde el interior, ha contestado una voz de varón. Requerido en numerosas ocasiones para que abriese la puerta, se ha negado a ello".

Una vez preparado el escrito, el sargento Moreno se trasladó al Juzgado de Catarroja, donde tuvo que esperar a que llegara la jueza Alicia Valverde Sancho y le otorgara un mandamiento que les iba a permitir entrar y registrar el domicilio de Enrique Anglés.

El capitán Ibañez lo tenía claro. "Si se nos cierra la puerta y se nos presenta una situación en la que no es normal, algo pasa cuando no se nos deja entrar en el piso, entonces a la vista de eso se deja el piso vigilado y el sargento se va al juzgado a pedir el mandamiento. Quedaron a la espera siete hombres que fueron, y había una patrulla de uniforme para apoyarlos porque todos iban de paisano, dos fueron al juzgado y quedó vigilada la casa, creo que había uno en la puerta de la calle, otro en la de la casa, otro en la azotea, otro en el piso inferior y no recuerdo donde estaba el otro, yo no he montado el operativo, pero más o menos por lo que he tenido conocimiento fue así".

Sin embargo, una gran duda flotaba en el ambiente. ¿Podía haber escapado alguien de la casa durante el tiempo que la Guardia Civil no pudo entrar?

El máximo responsable de la operación, el capitán Ibañez creía que no. "El equipo de vigilancia no observó que nadie saltase del piso, y es más, este hecho se comunicó a comandancia y se apoyó con más gente, se mandaron 4 o 5 agentes más, a la vista del hecho me fui allí y al juzgado porque era el lugar que más prisa corría el mandamiento, le informé a la juez y dije que podía ser muy urgente, se facilitó y fuimos a la casa, el segundo grupo de apoyo al primero había hecho una batida y no observaron nada anormal... Que de noche era en la terraza había un hombre vigilando, en la puerta había gente y en el deslunado estaba vigilado".

No obstante, si nadie había escapado o intentado escapar, ¿por qué se negaron a abrir la puerta? ¿ para qué necesitaban "ganar" tiempo las personas que había en el interior?

Curiosamente, al final no sirvió de nada el documento judicial, ya que cuando el sargento Moreno Alegre, acompañado del capitán Ibañez, llegó a la casa del sospechoso con la orden de entrada y registro, las personas que había en el interior ya hacía tiempo que habían abierto voluntariamente la puerta a los agentes de la Guardia Civil.

Una vez en el interior de la vivienda, concretamente a las 23,30 horas, se procedió a detener a Enrique Anglés Martíns, un joven de 22 años, que no opuso ninguna resistencia y al que se acusaba oficialmente "como presunto autor de un delito de homicidio". A esa misma hora se le leyeron sus derechos, manifestando el detenido que: "No desea declarar, no designa abogado, no desea que se pase aviso a familiar u otra persona y no desea reconocimiento médico".

Oficialmente, en el interior de la casa "además del citado Emilio ANGLÉS (el documento vuelve a confundir el nombre de Emilio con el de Enrique) se encontraban su hermana DOLORES ANGLÉS, el novio de ésta llamado JOSÉ ANTONIO GARCÍA MUÑOZ y su madre". En efecto, cuando los agentes entraron en el domicilio, comprobaron que había 4 personas: el buscado Enrique Anglé; su hermana, Kelly Anglés, una chica de 21 años que decía ser bailarina profesional; el novio de Kelly y la madre de los Anglés, Neusa, una mujer brasileña de 52 años, de aspecto desastrado. Sin embargo, todos los que se encontraban dentro del piso estaban de acuerdo, en que cuando llamó al timbre por primera vez la Guardia Civil había uno más dentro de la casa: Antonio Anglés Martins. Eso sí, tardaron varios años en contárselo al juez:

NEUSA MARTINS DIAZ, LA MADRE:

"Que la Guardia Civil cuando entró en el domicilio, preguntó por la gente que había ahí y toda la gente que había ahí esposada, y Antonio salió corriendo por la ventana y saltó la ventana por otro lado y huyó, y fueron por otro lado, y preguntaron por él la Guardia Civil.

Antonio se fue corriendo por la ventana por los bajos y se fue corriendo, por los tejados.

Que cuando entró la Guardia Civil Antonio corrió.

Que no fue antes, fue cuando vino la Guardia Civil.

Cuando entró la Guardia Civil estaba ahí se tiró por la ventana con el dinero, estaba yo".

KELLY ANGLÉS MARTINS, LA HERMANA:

"Que en casa estaban Enrique, mi madre, mi ex novio, Antonio y yo.

Que Antonio estaba.

Que cuando yo escuchaba ruidos, tenía la televisión puesta, y escuché un ruido en la azotea, me asomé y vi como mi hermano se escapaba.

Que a mi hermano lo vi correr, no se hizo daño, iba como a gatas, un poquito agachadito.

Que Antonio saltó en el momento de la fuga desde un cuarto piso al segundo, no al suelo de la calle.

Saltó al segundo, porque si salta abajo se mata. Saltó, hay cuatro alturas mirando hacia abajo, pero mirando a la izquierda, está el techo del Salón Internacional y está a una altura del segundo piso, saltó del cuarto al segundo, en oblicuo".

ENRIQUE ANGLÉS MARTINS, EL HERMANO:

"El 27 de enero cuando nos detuvieron estaba en casa.

Cuando llegó la Guardia Civil no se quién más había en casa.

Que Antonio si estaba.

La última vez que vi mi hermano Antonio fue cuando desapareció, cuando vinieron a por mi a detenerme a mi, no sabían nada del Antonio porque ponía mi nombre, el Antonio se ve que puso él la madera, por eso he dicho que yo no puse la madera, puede que la pusiera por coacción. Estaba en la casa y me dijo en voz baja mi hermano que no abriera la puerta, me dio una pastilla de esas un Rohipnol y yo me quedé dormido y cuando me desperté, no se como pude despertarme porque esas pastillas me quedaron dormidos.

Que las pastillas me las dio antes de ponerme a dormir y ya no lo he vuelto a ver".

Además, el sargento Moreno Alegre, el responsable de aquella operación policial, también tuvo noticia esa misma noche de la supuesta fuga de Antonio Anglés, a través de otro de los hermanos que llegó a la casa más tarde:

"Cuando hemos concluido el registro, Mauricio me dice que su hermano Antonio que estaba dentro del domicilio había huido por la ventana del comedor que da debajo del restaurante Internacional. Cuando le digo que es imposible porque la Guardia Civil está debajo, dice que bueno que desciende cogiéndose de los hilos del cable telefónico, y dice, será por el deslunado de la ventana de la cocina, que da a un deslunado. A partir de ahí tenemos noticias de Antonio Anglés y tenemos más noticias de Antonio Anglés cuando se regresa a la unidad y mediante informática se comprueban más datos.

¿Se escapó aquella tarde por la ventana Antonio Anglés? Desgraciadamente, este interrogante continúa todavía sin resolver.

Se hubiera escapado o no Antonio Anglés, lo cierto es que cuando el novio de Kelly abrió la puerta a los agentes de la Guardia Civil, éste no se encontraba en el interior. Los guardias detuvieron inmediatamente a Enrique Anglés, a su hermana Kelly y al novio de ésta, y rápidamente los trasladaron en coches separados al Cuartel de Patraix, en Valencia.

En el piso únicamente se quedó la madre, como propietaria, mientras los agentes comenzaban a registrar minuciosamente todas las habitaciones. En realidad no sabían lo que buscaban, salvo que encontraran algún objeto perteneciente a Miriam, Toñi y Desirée. Por ello, donde más énfasis pusieron fue en rebuscar en la habitación de Kelly, sobre todo entre sus pequeñas joyas y la bisutería, por si daba la casualidad que apareciera algún objeto personal de las niñas. Sin embargo, la búsqueda fue en vano.

Sin embargo, mientras se realizaba el registro en el interior de la destartalada casa de la familia Anglés, iban a llegar más personas al piso.

Uno de ellos era un joven de 23 años, bajito y con el pelo erizado como alambres, llamado Miguel Ricart Tárrega, que llevaba algunos años viviendo en casa de los Anglés como uno más, y que le contaba de esta manera al juez lo que ocurrió aquella tarde:

"Salimos de casa Ricardo Anglés, Mauricio Anglés y yo a una casa que tiene Ricardo, no recuerdo ahora mismo como se llama, Corea, es un bloque de viviendas, y cuando volvimos pues allí, en un campo de mandarinas, cogí una bolsa, y la llené. Cuando llegamos a casa, aparqué el coche en un callejón que tiene un poste que es intransitable para salir a la carretera y de ahí me fui andando a casa, había uno o dos Patrols de la Guardia Civil y posiblemente algún coche..., y subimos, y allí pues me detuvieron. Que la hora a la que se procedió a mi detención, fue sobre las ocho, de siete a ocho, no puedo precisar, no suelo llevar reloj, ya era de noche.

Que cuando accedo al domicilio de los Anglés, la puerta, la situación la vi normal, no vi nada roto.

Que en ese mismo momento, de nada, me esposaron con las manos atrás, me pusieron cara a la pared en el comedor que hay a la entrada a la izquierda y no me dijeron nada más.

Que en el momento de la detención no tenía ninguna orden de búsqueda y captura.

Cuando accedí al domicilio de los Anglés ver tanto coche de la Guardia Civil no me pareció nada anormal, porque desde luego la familia Anglés se sabe que siempre ha tenido problemas con la justicia, y la Guardia Civil siempre ha estado. No me extrañaba nada, porque también el Antonio (se refiere a otro de los hermanos Anglés) como estaba en búsqueda y captura, lo primero que pensé es que fueron a por él, no sospechaba nada raro.

Que no me di la vuelta porque yo no estaba en búsqueda y captura y no tenía nada que temer absolutamente a subir a casa, ahora si hubiera tenido algo que temer me hubiera ido, no hubiera subido.

¿Qué quiénes se encontraban en el domicilio de los Anglés cuando accedí?, fueron, me cuento yo, en primer lugar aunque debería ser el último, Mauricio Anglés, Ricardo Anglés, Neusa Martins Diaz, la madre, el sargento de la guardia civil de Catarroja y unos guardias, que iban de paisano. Que en casa de Anglés, estaba, Neusa Martíns Diaz, yo, Ricardo, el Carlos, y que yo sepa ya.

En el momento que accedí al domicilio, no me dijeron absolutamente nada, me pusieron las esposas, ¿se refiere a eso?, me esposaron con las manos atrás y me pusieron con cara a la pared, pregunté que pasaba y no me contestaron, me dijeron usted permanezca cara a la pared, pregunté que pasaba y no me contestaron, me dijeron usted permanezca cara a la pared, y ya está".

Oficialmente, según la Guardia Civil, Miguel Ricart subió solo al domicilio de los Anglés aquella tarde noche, incluso se tropezó en la puerta con el guardia Jesús Jiménez que llegaba también en ese momento:

"Miguel Ricart cuando llegó creo que no vio la Guardia Civil.

Los vehículos de la Guardia Civil estaban a la misma puerta.

Cuando subimos a la casa, había guardias civiles de uniforme.

Creo que la fuerza de la calle Miguel no la vio, porque yo se la llegué a tapar, él recuerdo que entra por la esquina del restaurante Internacional me parece que se llama, con un perro y una bolsa y toca la puerta 3, cuando llegamos los dos al mismo tiempo a la puerta, y él tocó el timbre de la puerta 3, pensé que podía ser un vecino de la finca, porque la familia Anglés vivía en el 4 piso".

No obstante, según Ricardo Anglés, otro de los hermanos, la Guardia Civil no decía la verdad. Miguel Ricart no llegó solo.

"El día 27 de enero de 1993 subí con Miguel y con Mauricio, fuimos a dar una vuelta con el coche, me parece que veníamos de que quería un perro de caza el Antonio, no se me parece, entonces pues dimos una vuelta y cuando vinimos fuimos por un campo, y el Miguel cogió una bolsa de mandarinas. Entonces subimos arriba y ya estaban los judiciales allí y esa es la verdad.

Subimos los tres juntos. En la casa entramos los tres juntos.

Cuando entramos en el piso no me enteré que Antonio había saltado por una ventana, yo subía arriba porque sabía que el Antonio estaba allí. Antonio le dio al Miguel las llaves del coche y entonces es cuando él vino con las mandarinas.

Que es también cuando fuimos a lo del perro".

Su hermano Mauricio Anglés, ratificó ante el juez que llegaron los tres juntos:

"El 27 de enero de 1993, antes de llegar a mi casa, fuimos, veníamos de recoger un perro, un cachorro, que lo queríamos tener, íbamos mi hermano Ricardo, Ricart y yo, y llegamos a casa y estaba todo lleno de guardias civiles.

Veníamos de coger un perro, y de coger mandarinas no me acordaba, creo que si nos paramos en un campo, pero veníamos de recoger un perro que estaba en un chalet y mi hermano lo había visto y lo quería, creo que era un doberman. Fuimos ahí y mi hermano se quedó en casa y cuando llegamos estaba la guardia civil ahí y todo.

Cuando accedí a casa con Miguel y Ricardo, ya estaba ahí la guardia civil.

Llegamos allí y había un patrol bajo la casa, de la guardia, subimos a ver que pasaba arriba.

Llegamos, nos apartaron, a Miguel lo pusieron detrás de la tele en un rincón, registraban mi casa patas arriba, rompieron todo".

Aquella tarde noche en el domicilio de los Anglés iba a ocurrir, además, un curioso incidente. Oficialmente éste:

"Que mientras los componentes de esta Unidad practicaban el registro domiciliario autorizado por el Juzgado de Instrucción 2 de CATARROJA en el domicilio de la calle Camí Real nº 101, piso 4º, el teléfono del mismo sonó y se puso en marcha el contestador automático. Que en el contestador automático quedó grabado el siguiente mensaje que se escucha en la cinta con una voz apresurada y nerviosa: "KELLY SOY RUBÉN, DILE A "EL RUBIO" QUE VAYA Y COJA EL PLATO Y LA MANETA DE LA MOTO QUE RECOJA LOS SACOS DE DORMIR; LOS KELOS DE LA COCINA Y LA LECHE, DEPRISA QUE ES URGENTE".

Realmente, el mensaje que quedó grabado en el contestador no era precisamente ese, y eso que el sargento Moreno Alegre declaró bajo juramento que el sargento primero Pablo Pizarro Plaza lo había transcrito textualmente de la cinta. "La transcripción de la cinta la hizo, esa escritura corresponde al instructor de las diligencias, tendría que hacerla él, estaría escuchando la cinta, yo rebobinando la cinta y él escribiendo". Incomprensiblemente, aunque uno rebobinaba la cinta y el otro iba escribiendo, los dos guardias civiles se equivocaron en 28 palabras de un total de 49. Además, la voz ni era apresurada ni nerviosa.

El mensaje real decía lo siguiente: KELLY SOY YO RUBÉN, CUANDO VENGAS LE DICES AL RUBIO QUE VAYA A DONDE ESTÁ EL PLATO Y LA MANETA DE LA MOTO, Y QUE TRAIGA LOS DOS SACOS DE DORMIR, Y LOS KELLOGS Y LA LECHE QUE ESTÁ ENCIMA DE LA NEVERA. Y ESO LO ANTES POSIBLE. ADIÓS.

Precisamente la cinta de cassette del contestador que contenía ese mensaje fue lo único que oficialmente intervino la Guardia Civil en el registro del domicilio de Enrique Anglés.

El sargento Moreno lo recordaba así ante el juez: "Cuando efectuábamos el registro sonó el teléfono, se había comenzado el registro por esa habitación se continuaba en ese momento en la habitación de la madre, que está frente a la de su hija, en ese momento alguien me comentó que se había escuchado un mensaje grabado, me acerqué donde estaba el capitán con un componente de la UCO. Entonces estaban escuchando la cinta y la escuché, me llamó la atención el nombre de Rubio. Me acerqué al comedor y le dije, ¿quién es el rubio? Y él me contestó, yo soy Miguel. Y cómo había escuchado otro nombre otra vez, volví a escuchar la cinta y escuché el nombre de Rubén. Le pregunté entonces por Rubén, y me dijo es un chaval de Catarroja que por las indicaciones debía vivir por el Barranco".

La misteriosa llamada explicaba las extrañas preguntas que los agentes de la Guardia Civil realizaron a Miguel Ricart, aunque curiosamente, como relató ante el juez, a él no le extrañaron nada:

"Mientras estaba arriba esposado y cara a la pared, vino al cabo de un rato, vino un hombre de paisano, y me llevó a la cocina, de allí de casa de los Anglés y me dijo, ¿Miguel tu sabes algo de una... maneta de moto que hay aquí en casa? yo le dije al guardia que de manos y platos no sabía nada. Y nada ya no me preguntaron de la maneta ni platos de moto, que si había en casa algún plato, y dije que no, y estuvieron buscando la maneta de moto allí.

No me extrañó que me preguntaran eso.

No oí sonar el teléfono, tengo que decirle que desde el comedor que está en la entrada hasta la habitación de Kelly, está al final y es imposible, no se oye.

En ese momento solo me detuvieron a mí, me quitaron las esposas, y se las estaban poniendo a Mauricio Anglés para llevárselo a él, porque yo llevaba desde septiembre con el pelo tintado moreno, y el sargento del cuartel de Catarroja, dijo, no, si el rubio no es éste, es éste, se las quitaron y me las pusieron otra vez, bueno que hacemos, y uno de paisano dijo nos lo llevaremos por si acaso, y me llevaron de ahí al cuartel de Patraix.

El traslado desde la detención hasta el cuartel de Patraix, se produjo en automóvil, iban dos coches, eso si me acuerdo y 4 hombres en cada uno, yo iba con 4, coches privados, de camuflaje.

Al resto de la gente del domicilio no le dijeron nada, se marcharon solo conmigo, entré en un automóvil en la parte de atrás en el medio.

Los señores con los que me monto no se identificaron, no me enseñaron acreditación de su condición de guardia civil o policía nacional. No observé ningún guardia civil de uniforme, todos eran de paisano, no se identificaron en ningún momento.

Abajo habían dos Patrol de la guardia civil, pero estaba uno a una parte y el otro creo que estaba en la vivienda, en lo que es la entrada, en el portal.

Que le repito los que estaban de uniforme, los guardias civiles uniformados, estaban bajo, pero el sargento de Catarroja y lo conozco yo, iba de paisano también, no iba uniformado, estaba de paisano y los otros también iban de paisano, al único que conocí yo fue al sargento de Catarroja, arriba no había más miembros de Catarroja de la guardia civil, los conozco a todos, no había nadie más".

A Ricardo Anglés, aunque oficialmente no estaba en el piso, también le preguntaron por "el plato y la maneta" y así se lo contó al juez:

"Estando en mi casa, yo no me fui con la guardia civil, me acuerdo perfectamente que estando allí el judicial me dijo, usted no recuerda de unas manetas de moto, de un plato. Y dije yo no sé lo que usted me está diciendo. Me hablaba constantemente sobre una maneta, sobre un plato y yo le decía que no sabía lo que me estaba diciendo".

A Mauricio, que tampoco estaba en la casa según las diligencias de la Guardia Civil -aunque sí que estaba-, le extrañó otro curioso detalle:

"No sabía lo que había pasado, cuando me enteré, que decían que había sido Miguel y mi hermano. Nos dejaron ahí, no nos esposaron, a Miguel si lo esposaron inmediatamente, lo esposaron y luego se iban a ir ellos, y le iban a quitar las esposas a Miguel Ricart, pero vino el juez y dijo, no, no, detenido, le estaban quitando las esposas, y dijo el juez, éste también.

El porqué del cambio no lo se. Me pareció raro.

Que mi pelo es moreno, en aquel entonces tenía el pelo teñido de rubio, después de atracar el banco mi hermano Antonio y tal me dijeron que era mejor que me tiñera el pelo porque si me reconocían o algo.

Que Miguel también se lo había teñido, de moreno. Entonces me lo teñí".

O sea, que Miguel Ricart aquella noche tenía el pelo moreno y Mauricio Anglés teñido de rubio, sin embargo el capitán Ibáñez no lo vio así:

"Cuando terminó el registro salí al comedor, por decir algo, allí uno de mis agentes que precisamente estuvo en la puerta vigilando dijo que había ahí un individuo que iba a la casa de Antonio Anglés, es este, subía solo.

Hablé con él, y le dije, ¿tú a qué vienes aquí?, y dijo soy amigo de la familia. ¿Y qué llevas en la bolsa?, unas naranjas, y dijo, las he robado en un campo cercano. Y tenía aspecto como de rubio y me sonaba algo relacionado con la cinta que habíamos escuchado. Y le pregunté, ¿tú que coche tienes? Un Opel Corsa blanco. Tienes inconveniente en venir a la comandancia a hacer alguna pregunta, y dijo que no tenía inconveniente y nos acompañó".

El siguiente paso de los agentes de la Guardia Civil, según consta en sus documentos fue

"Que como dentro del domicilio, además del citado Emilio ANGLÉS se encontraban su hermana DOLORES ANGLÉS, el novio de ésta llamado JOSÉ ANTONIO GARCÍA MUÑOZ, su madre y posteriormente, mientras se estaba practicando el registro, acudiera al mismo el llamado Miguel RICART TÁRREGA, todos ellos fueron trasladados a las dependencias de la Comandancia para ser oídos en manifestación y que contribuyeran a aclarar los hechos".

Una vez más la diligencia es inexacta, porque no todos fueron trasladados al Cuartel de Patraix. Neusa, la madre, se quedó en el piso con sus hijos Ricardo, Mauricio y Carlos.

El revuelo en las dependencias del cuartel de Patraix, la sede de la 311ª Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, aquella noche era impresionante. Todos conocían ya la aparición de los tres cadáveres y los problemas surgidos al ir a detener a Enrique Anglés. Además, los teléfonos no paraban de sonar. Desde el ministro del Interior, José Luis Corcuera, pasando por el Secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, hasta el Director General de la Guardia Civil, Luis Roldán, mantenían constantes contactos con el Cuartel de Patraix para conocer la marcha de las investigaciones.

Así las cosas, a Kelly fue la primera que tomaron declaración, alrededor de las once de la noche:

MANIFESTACIÓN DE DOLORES ANGLÉS MARTINS

En Valencia, dependencias de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la 311ª Comandancia de la Guardia civil, a las 23 horas del día 27 de Enero de 1.993, ante el Instructor del presente atestado comparece la que mediante la presentación del D.N.I. número... acredita llamarse Dolores ANGLÉS MARTINS, nacida en Valencia el 25 de Junio de 1.971, hija de Enrique y Neusa, vecina de Catarroja con domicilio en la calle Camí Real número 101, puerta 4ª, quién a las preguntas que se le realizan, de forma voluntaria y libre manifiesta:

Que actualmente su nombre no es Dolores porque se lo ha cambiado en el Juzgado de Catarroja siendo el actual el de KELLY ANGLÉS MARTINS.

Que la noche del día de hoy se encontraba en su domicilio, en unión de su novio JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MUÑOZ LEDESMA, en la habitación del fondo de la vivienda durmiendo; que por encontrarse durmiendo y muy cansada no se ha dado cuenta de que llamaban a la puerta muy fuertemente y que era la Guardia Civil. Que ha sido despertada cuando Guardias Civiles, después de que su novio JOSÉ ANTONIO ABRIERA LA PUERTA, y que no sabe como se encontraba el acceso a la vivienda ni los motivos que hayan tenido para atrancar la entrada con un gran madero; que sabe lo de la puerta atrancada por un gran madero porque se lo ha dicho su novio y los Guardias Civiles que han detenido a su hermano ENRIQUE pero que ella no se ha enterado de nada.

PREGUNTADA para que diga cuantas personas había en su casa la tarde del día de hoy, manifiesta: Que estaban dentro del domicilio, sito en la calle Camí Real nº 101, puerta 4ª de la localidad de Catarroja, su madre NEUSA, su hermano ENRIQUE que está mal de la cabeza y en tratamiento psiquiátrico, su novio JOSÉ ANTONIO y nadie más y que ya cuando su novio había abierto la entrada para que pasaran los Guardias Civiles entró en la vivienda su hermano CARLOS.

PREGUNTADA para que diga si es que en su domicilio se trafica con drogas y por ese motivo habían atrancado la puerta con un gran madero, dice que NO, que solamente tiene un hermano drogadicto llamado ROBERTO y que actualmente se encuentra en la cárcel modelo de Valencia, que en la tarde de hoy en su domicilio no había droga y que desconoce quien puede haber bloqueado la puerta para impedir la entrada.

PREGUNTADA para que diga que tipo de enfermedad padece su hermano ENRIQUE y si es agresivo, manifiesta: Que si no se pincha las inyecciones prescritas por el médico tiene momentos de delirios, que hasta ahora no ha visto que su hermano Enrique tenga agresividad contra otras personas.

PREGUNTADA para que diga desde cuando no ve a su hermano ANTONIO, dice que no se acuerda, que desde hace mucho tiempo.

PREGUNTADA para que diga si su hermano ENRIQUE tiene alguna tarjeta del Servicio Valenciano de Salud, de la Seguridad Social o de otro organismo donde conste su tratamiento y que tenga que llevarla encima, dice que NO.

PREGUNTADA para que diga si han perdido alguna tarjeta de organismo oficial relacionado con la sanidad a nombre de su hermano ENRIQUE, dice que NO.

PREGUNTADA para que diga si sabe donde estuvo su hermano sobre el día 13 de Noviembre de 1.992, dice que no se acuerda, que cree que estaba en el psiquiátrico de Bétera, pero que no puede precisarlo si no ve los documentos.

Que no tiene nada más que decir, que lo expuesto es la verdad en lo que se afirma y ratifica...

Durante el interrogatorio de Kelly Anglés, la Guardia Civil hace por primera vez mención oficialmente a una persona que posteriormente iba a dar mucho que hablar en relación con el asesinato de las tres niñas: su hermano Antonio Anglés Martíns. Se trataba de un delincuente, condenado en numerosas ocasiones por tráfico de drogas, lesiones y detención ilegal, que había escapado de la cárcel, al no regresar de un permiso que le habían concedido el 5 de marzo de 1992. Una pregunta quedaba en el aire: ¿Porqué le preguntaron sobre Antonio?

Además, la Guardia Civil iba a conocer por el testimonio de Kelly Anglés que su otro hermano Enrique, al que habían detenido oficialmente como presunto autor del asesinato de Miriam, Toñi y Desirée, era una persona con graves desequilibrios psíquicos.

Nada más terminar el interrogatorio de Kelly, le tocó el turno a su novio:

MANIFESTACIÓN DE JOSÉ ANTONIO GARCÍA MUÑOZ

En Valencia, dependencias de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la 311ª Comandancia de la Guardia Civil, a las 23,40 horas del día 27 de Enero de 1.993, ante el Instructor del presente atestado comparece el que mediante la presentación del D.N.I. nº ... acredita llamarse D. JOSÉ ANTONIO GARCÍA MUÑOZ, nacido en Torrente (Valencia), el 8 de Agosto de 1.971, soltero, electricista, vecino de TORRENTE (Valencia), con domicilio en..., quién a preguntas del Instructor manifiesta:

"Que se encontraba la tarde del día de hoy en casa de su novia KELLY ANGLÉS MARTINS acostado en la habitación del fondo de la vivienda. Que cuando ha escuchado varios golpes fuertes en la puerta se ha despertado y levantándose ha ido a abrir viendo que la puerta la tenían atrancada con un gran madero pero que desconoce quien pudo poner el madero para cerrar la puerta.

PREGUNTADO para que diga quiénes se encontraban en el domicilio de la calle Camí Real nº 101, puerta 4ª de CATARROJA, manifiesta: Que cuando han estado llamando a la puerta solamente había dentro de la vivienda el manifestante, su novia KELLY, su suegra NEUSA y su cuñado ENRIQUE.

PREGUNTADO para que diga quién fue el que atrancó la puerta con un gran madero dice que NO LO SABE, que supone que lo haría ENRIQUE.

PREGUNTADO para que diga si su cuñado ENRIQUE, al estar en tratamiento psiquiátrico, le conoce actos violentos, manifiesta que NO.

PREGUNTADO para que diga si sabe donde se encontraba su cuñado ENRIQUE el día 13 de Noviembre de 1.992, dice que no lo sabe, que ese mes estuvo en el psiquiátrico de BÉTERA pero que no puede precisar los días exactos.

Que no tiene nada más que decir, que lo expuesto es la verdad en lo que se afirma y ratifica...

Mientras se interrogaba al novio de Kelly Anglés, llegaban a la sede de la 311ª Comandancia de la Guardia Civil en Valencia dos vehículos camuflados. En uno de ellos iba Miguel Ricart Tárrega, "El Rubio", quien ante el juez lo recordaba de esta manera:

"Me llevaron esposado hasta el cuartel de Patraix, y me metieron en una habitación, todo lleno de hombres, vestidos de civil, no vi ninguno uniformado y nadie me decía nada, ni me dirigían la palabra. Pregunté porque estaba ahí, y me dijeron luego ya te lo diremos, y al cabo de un buen rato, entró el novio de Kelly y un hombre de paisano le dijo, ¿es éste, conoces a este chaval? y dijo que no. Cosa que era mentira. A mi no me preguntaron nada".

Mientras Miguel Ricart esperaba en una dependencia del Cuartel de la Guardia Civil, los investigadores decidieron requisar su vehículo:

DILIGENCIA DE INTERVENCIÓN DE UN VEHÍCULO

En UNIDAD ORGÁNICA DE POLICÍA JUDICIAL, a las 00,40 horas del día 28 de ENERO de 1.993, por los instructores citados se extiende la presente diligencia para hacer constar.

Al recaer sospechas fundadas de que el vehículo OPEL CORSA matrícula V-7757-BJ de color blanco del que es titular MIGUEL RICART TÁRREGA, ha sido utilizado por los presuntos autores toda vez que existe una testigo que observó que las niñas que habían desaparecido en Picassent habían subido en un vehículo pequeño de color blanco.

Se procede a su intervención y traslado al Acuartelamiento de la Guardia Civil de Patraix, sito en c/ Calamocha de Valencia, al objeto de efectuar una exhaustiva inspección ocular dirigida a la localización de indicios que conduzcan a la imputabilidad de los detenidos en los hechos objeto de esta investigación.

Los Guardias Civiles tenían claro, y así lo pusieron por escrito, que el coche de Miguel Ricart había sido el vehículo utilizado para secuestrar a las tres niñas y que el propio Ricart era uno de los autores. Pero, ¿por qué? Ni siquiera le habían hecho una sola pregunta y le consideraban algo más que sospechoso. ¿Intuición policial o algo más...?

Lo cierto es que diez minutos después de que el Instructor, es decir, la persona designada para dirigir la investigación, el sargento primero Pablo Pizarro Plaza, firmara la diligencia de intervención del coche, se dispuso a tomarle manifestación a Miguel "El Rubio".

MANIFESTACIÓN DE MIGUEL RICART TÁRREGA

En Valencia, dependencias de la Unidad Orgánica de Policía Judicial a las 0,50 horas del día 28 de Enero de 1.993, ante el Instructor del presente atestado comparece el que mediante la presentación del D.N.I. número 52.638.150 acredita llamarse MIGUEL RICART TÁRREGA, nacido en Catarroja (Valencia), el día 12 de Septiembre de 1.969, hijo de Miguel y Encarnación, soltero, ebanista, vecino de Catarroja con domicilio en la calle... que es el domicilio de sus padres aunque actualmente reside en BENETUSER (Valencia), en unión de MARÍA DOLORES CUADRADO BADÍA con la que hace vida marital, en la calle..., quién a preguntas del instructor de forma libre y voluntaria manifiesta:

Que ha sido detenido en dos ocasiones por omisión del deber de impedir determinados delitos y en otra ocasión por no presentarse ante los requerimientos de la Autoridad Judicial a un juicio oral.

Que la tarde noche del día de ayer, 27 de Enero de 1.993, se ha dirigido a casa de su amiga NEUSA, madre de Enrique ANGLES MARTINS, con el único fin de visitarla para ver como estaba y para regalarle una bolsa de mandarinas.

Que cuando iba a entrar en el domicilio de NEUSA ha visto en el mismo a Guardias Civiles que le han trasladado a la Comandancia de Valencia para preguntarle sobre unos hechos.

PREGUNTADO para que diga desde cuando conoce a ENRIQUE ANGLES, dice que desde hace unos diez o doce años, que esta persona es inofensiva, que está mal de la cabeza y que lo único que hace es decir tonterías y disparates.

PREGUNTADO para que diga donde ha estado el mes de Noviembre, manifiesta que Noviembre y parte de Diciembre de 1.992 ha estado en la cárcel de Valencia.

PREGUNTADO para que diga si tiene vehículo, manifiesta que sí, que tiene un OPEL CORSA color blanco, matrícula de Valencia de la serie BJ pero que nunca se acuerda de los números.

PREGUNTADO para que diga si transporta en su vehículo a ENRIQUE ANGLES manifiesta que cree que solamente ha transportado a Enrique una vez en su coche y que fue a un psiquiátrico.

PREGUNTADO para que diga desde cuando no ve a ANTONIO ANGLES dice que desde que éste tuvo un permiso de la cárcel, que desde que se fugó de la cárcel no lo ha vuelto a ver.

PREGUNTADO para que diga si conoce la zona de Catadau y Llombay, dice que no, que no conoce estos pueblos.

PREGUNTADO para que diga si ha tenido documentos de ENRIQUE y si los ha transportado, dice que SI, que le estuvo arreglando una paga para cobrarla de la seguridad social, que por este motivo tenía documentos de él en su poder.

PREGUNTADO para que diga si perdió algún documento o papel de ENRIQUE ANGLES, dice que no.

PREGUNTADO para que diga si ha tenido alguna comunicación de ANTONIO ANGLES o si sabe si se pone en contacto Antonio con su hermana KELLY, dice que desde que tuvo un permiso carcelario ANTONIO no ha vuelto a verle y que desconoce si tiene contactos con KELLY.

PREGUNTADO para que diga si conoce alguna desviación sexual o atracción especial por las adolescentes por parte de ENRIQUE ANGLES manifiesta que NO.

PREGUNTADO para que diga si su coche OPEL CORSA color blanco se lo presta a alguna persona, dice que NO, que no deja el coche a nadie.

PREGUNTADO para que diga quién utilizó el coche mientras él estuvo en la cárcel, dice que el coche quedó en poder de la mujer con la que convive, que esta no lo utilizó y que el día 13 de noviembre estaría aparcado en la misma calle donde lo dejó.

PREGUNTADO para que diga si ENRIQUE ANGELES es una persona capaz de transportar a tres adolescentes en un coche o en otro vehículo, dice que NO, que Enrique es incapaz de conducir y aunque está loco perdido no lo considera agresivo para matar a gente, pero que su hermano ANTONIO ANGLES, si es agresivo, que ya en una ocasión tuvo a una mujer atada con una cadena a un postes y así le pegó una brutal paliza; que por este hecho el manifestante fue detenido ya que presenciando la brutal paliza que ANTONIO pegó a la mujer llamada NURIA mientras estaba atada a un poste él no hizo nada para impedirlo ni lo denunció.

PREGUNTADO para que diga si conoce el paradero de ANTONIO ANGLES, manifiesta que no, que no sabe donde puede estar, que ya dijo anteriormente que desde que ANTONIO tuvo un permiso penitenciario no volvió a verle.

PREGUNTADO para que diga si su vehículo OPEL CORSA se lo dejó en alguna ocasión a ANTONIO ANGLES, dice que si, que antes de entrar en la cárcel dejó el coche a ANTONIO.

PREGUNTADO para que diga si conoce a alguien que se llame RUBEN, dice que si, que conoce a un tal RUBEN que vive en Alfafar, que Rubén también fue detenido cuando ANTONIO pegó la paliza a NURIA después de tenerla atada con una cadena a un pilar, que este RUBEN vive por ALFAFAR y BENETUSER, que se llama RUBEN DARIO, que tiene unos 27 años, que es soltero, alto, rubio y que no sabe que tipo de trabajos hace ahora.

PREGUNTADO para que diga si ANTONIO ANGLES tenía alguna tendencia especial para con las niñas y adolescentes, dice que no lo sabe, que no tuvo muchos roces con él, pero que es muy agresivo y violento y capaz de hacer cualquier cosa.

PREGUNTADO para que diga si tiene algo más que manifestar, dice que no, que lo expuesto es la verdad...

Posteriormente, Miguel Ricart recordaría ante el juez algunos detalles de esta manifestación:

"Las personas que me tomaron esa primera manifestación había mucha gente ahí, había ocho o nueve.

Que esta manifestación, no me habían amenazado, ni pegado.

Me preguntaron sobre la posible participación de Enrique en la muerte de otras personas.

¿Puedo hablar con claridad?, desde luego no voy a faltar el respeto pero hablar a mi manera.

Que me preguntaron que hacía él cuando veía a tías en televisión y yo dije que yo que se, que yo no, que actuaba muy normal, veía la televisión y tal y nada más.

Que me dijeron que habían encontrado una receta de Enrique en la fosa donde estaban las chavalas enterradas y nada más, me hicieron alguna pregunta más pero ahí no me puso el guardia la mano encima.

Que no dije en esta primera declaración ante la guardia civil que no podía estar implicado en los casos que se investigaba por que en esas fechas estaba en prisión, esto no lo dije, no señor.

Que cuando acabó esta diligencia me tuvieron detenido ilegalmente, detención ilegal, no me leyeron mis derechos, ni tenía asesoramiento jurídico ni nada.

Que me tuvieron ahí retenido".

Lo lógico, al igual que hicieron con Kelly y con su novio, es que a Miguel Ricart le hubieran mandado a casa después de tomarle manifestación. Sin embargo en su caso no lo hicieron. Estaba claro, desde que le intervinieron el coche, que la Guardia Civil sospechaba de él, aunque nadie supiera muy bien porqué.

La siguiente gestión que hicieron los agentes fue telefonear a la "Cárcel Modelo" de la capital valenciana para comprobar si Miguel Ricart estaba en prisión el 13 de Noviembre de 1.992, día en que desaparecieron las niñas. El resultado de la llamada fue desalentador para los investigadores: según el Jefe de Servicios del Centro Penitenciario de Hombres de Valencia, Miguel Ricart estaba encarcelado aquel día.

Como reconoció ante el juez el capitán Ibáñez esa noticia suponía tenerlo que poner en libertad.

"Después de su declaración se le preguntó el 13 de noviembre dónde había estado, y dijo que ingresado en prisión.

Que comprobamos telefónicamente que sí había estado en la prisión, y nos vimos en una situación delicada porque había que dejarlo en libertad".

Sin embargo, inexplicablemente, los guardias civiles dudaron de la información que les había sido facilitada por teléfono desde la cárcel y decidieron enviar dos hombres al Centro Penitenciario para verificarlo. Según el capitán Ibáñez "se mandaron dos agentes a la prisión personalmente para que ellos comprobaran los registros, y de esa comprobación se demostró que había estado antes de esa fecha y después, pero el 13 de noviembre no estaba en prisión.

Que dudamos de las afirmaciones de Miguel Ricart de que había estado en prisión, porque desde, el tema del rubio, el tema de tal, la manifestación que él hizo, todo nos daba la impresión de que aquello no estaba claro y que había que aclararlo más".

Cuando los dos agentes regresaron Miguel Ricart ya no había estado en prisión aquel día, como consta en el siguiente documento:

DILIGENCIA DE PRÁCTICA DE GESTIONES EN EL CENTRO PENITENCIARIO DE HOMBRES DE VALENCIA.

En Valencia, siendo las 03,00 horas del día 28 de Enero de 1.993, por la presente se hace constar:

Personados los Agentes con carnet profesional números 3.096.605 y 17.192.831 en el Centro Penitenciario de hombres de Valencia, y puestos en contacto con el Funcionario Oficial de Servicio del citado Centro, se recaban datos relativos al expediente de MIGUEL RICART TÁRREGA, consistiendo los mismos en lo siguiente:

1.- Ingresa en prisión el 19-08-92 y es puesto en libertad el 20-08-92. Delito cometido "Utilización ilegítima de vehículo a motor", entendiendo el Juzgado de Instrucción número 2 de Catarroja (Valencia).

2.- Ingresa en prisión el 04-12-92 y es puesto en libertad el 22-12-92. Delito cometido "Amenazas y Utilización ilegítima de vehículo a motor", entendiendo el Juzgado de lo penal número 9 de los de Valencia.

Y como no estaba en la cárcel, podía haber participado en los hechos. Estos son los argumentos, al menos los oficiales, que tenía la Guardia Civil para detener a Miguel Ricart:

DILIGENCIA HACIENDO CONSTAR.

En Valencia, a las 5,30 horas del día 28 de Enero de 1.993, el Instructor extiende esta diligencia para hacer constar:

Que una vez escuchadas las manifestaciones que como testigo ha prestado el llamado MIGUEL RICART TÁRREGA, los componentes de esta Unidad continuaron gestiones y comenzaron a efectuar las comprobaciones necesarias sobre los hechos manifestados por el citado MIGUEL RICART TÁRREGA.

Que trasladándose a la prisión de hombres de Valencia, una vez en contacto con el Jefe de Servicios de la "Cárcel Modelo", se comprueba que no es cierto lo manifestado por MIGUEL RICART, sino que éste estuvo en prisión del 18 al 20 de Agosto de 1.992 y del 4 de Diciembre al 22 de Diciembre del mismo año.

Que dada la inexactitud de lo manifestado, al coincidir que el coche de su propiedad es un OPEL CORSA blanco, que este coche se lo ha dejado en ocasiones al llamado ANTONIO ANGLÉS MARTINS, considerando el Instructor que hay indicios para suponer que ha tenido participación al menos de forma indirecta como encubridor o cómplice o de otro grado de participación, se procede a la detención del mismo".

Los argumentos del Instructor, el sargento primero Pablo Pizarro Plaza, para sospechar de Miguel Ricart eran oficialmente dos: que no estaba en prisión en el mes de noviembre y que en ocasiones le dejaba el coche a Antonio Anglés. Argumentos cuando menos sorprendentes, porque ¿desde cuando es un delito dejarle un coche a alguien? ¿O es que ya sabía el sargento Pablo Pizarro que Antonio Anglés tenía algo que ver?

Lo cierto es que detuvieron oficialmente a Ricart. Concretamente lo hicieron a las 5,40 horas del 28 de Enero de 1.993, "como presunto autor de un delito de homicidio". A esa hora se le leyeron los derechos constitucionales y Miguel Ricart manifestó que: "Que no desea declarar; que no designa abogado; que si desea que pase aviso a María Dolores Cuadrado Badía, teléfono...; y que no desea reconocimiento médico".

"Me leyeron mis derechos -declaró posteriormente "El Rubio"- y dije que yo no sabía nada de esto y que quería comparecer ante el juez.

Que pedí que se avisara a María Dolores Cuadrado, facilité el teléfono, esa chica es la madre de mi hija, ese teléfono que pone ahí es el de su casa, la llamamos.

Que la llamé al día siguiente por la mañana me parece.

Que desde luego no fue después de firmar ese documento se tardó bastantes horas hasta que la llamé.

Que desde que digo que no quiero declarar, me sometieron, en primer lugar no me pusieron la mano encima durante esa noche, exceptuando que me soltaron alguna torta y tal, pero me tuvieron toda la noche cara a la pared, y con la foto de las chicas en un póster grande, como el que estaba en las gasolineras".

La Guardia Civil, antes de que amaneciera el día 28 de enero de 1993, ya tenía detenidos a dos posibles asesinos de las niñas.

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