LA DESAPARICIÓN


La noche de un maldito viernes 13 una insoportable angustia se apoderó de un pequeño pueblo valenciano: Alcácer. Habían desaparecido tres niñas: Miriam, Toñi y Desirée.

Uno de los familiares, con los ojos ensangrentados de arrancarse las lagrimas con el dorso de la mano, lo iba contando a todos los que se acercaban alarmados por el inusual movimiento nocturno del pueblo. "Las tres chiquitas fueron a ver a Esther, una amiga que estaba enferma, y desde allí salieron con intención de ir a Coolor, una discoteca que está a la salida de Picassent y donde se celebraba una fiesta del instituto. Miriam llamó a su madre para pedirle que su padre las llevara a la discoteca. El padre se encontraba algo mal y no pudo acercarlas. Las chicas fueron hasta la gasolinera de Picassent llevadas por un chico de aquí, y desde entonces no sabemos nada más de ellas".

A la mañana siguiente, después de una noche llena de luces en las ventanas y una inquietante actividad en las calles de Alcácer, la terrible realidad se iba a plasmar en una denuncia oficial presentada por un padre anónimo, que con el paso del tiempo se iba a convertir en una de las personas más conocidas de nuestro país.

NÚMERO DE ORDEN: 820/92.-

ATESTADO INSTRUIDO POR DESAPARICIÓN DE TRES CHICAS JÓVENES

Don Pedro Huertas Alcaraz (22.349.820), Sargento 1º de la Guardia Civil, Comandante de Puesto de Picassent, perteneciente a la 311ª Comandancia de dicho Cuerpo (Valencia), por medio del presente atestado hace constar:

Que a las 9,40 horas del día catorce de noviembre de 1.992, comparece en esta Casa-Cuartel el que por medio del D.N.I. acredita llamarse Fernando GARCÍA MEDIANO, nacido el día 14 de diciembre de 1.951 en Sevilla, casado, industrial, hijo de Fernando y María, vecino de Alcácer (Valencia), calle Trinquete, núm. 19, 7º, 13, teléfono 123-22-03, denunciando que, su hija MIRIAN GARCÍA IBORRA, con D.N.I. nº 44861277-F, nacida el 28 de julio de 1.978 en Valencia, estudiante, hija de Fernando y Matilde, con el mismo domicilio paterno, a las 19,00 horas del día de ayer 13, salió de su domicilio con el fin de venir junta con otras amiga a la discoteca "COOLOR" de esta localidad de Picassent donde celebraban una fiesta los estudiantes del Instituto de Picassent. Que las otras dos chicas que le acompañaban se llaman una María Deseada y la otra Antonia, vecinas las dos también de Alcácer. Que hasta el momento después de haber salido a la hora citada en el día de ayer no han vuelto a su domicilio ninguna de las tres, desconociendo las causas y su actual paradero. Habiendo hecho gestiones tanto él como los padres de las otras dos chicas, comprobando que no llegaron a estar en la mencionada discoteca ya que en la misma hubieron otras amigas que no les vieron a ninguna de ellas. Habiendo preguntado en casas de amigos y conocidos y nadie da pista del posible paradero de ninguna de las tres. Las que estuvieron a visitar en casa de una amiga de ellas vecina de Alcácer que está enferma a las 20,00 horas de ayer. Donde dijeron que se iban a la indicada discoteca "COOLOR", comentando que irían haciendo AUTO-STOP, ya que no había a esa hora vehículos de transporte público para el traslado.

Preguntado si tiene idea donde pueden haber ido, dice que no.

Preguntado por las señas peculiares de su citada hija, dice que 1,72 de estatura, complexión normal, pelo castaño claro, largo hasta por debajo de los hombros y ondulado, tez blanca, ojos azules, nariz recta, cara un poco alargada; habla en castellano y valenciano; vestía en el momento que salió del domicilio pantalón vaquero azul, camisa blanca y chaqueta vaquera color azul claro, zapatones de color negro. Va indocumentada y sin dinero.

Preguntado si en caso de aparecer su hija sufraga gastos retorno, dice que sí.

Hace entrega de una fotografía de su citada hija para unir a las diligencias.

Fernando García, atormentado por el dolor, mientras abandonaba el cuartel de la Guardia Civil no dejaba de repetir: "Es mentira lo que se ha dicho de que las niñas iban a una fiesta del instituto. Eso no es cierto. No sé a qué irían a la discoteca".

Matilde interrumpió para apoyar lo que su marido decía: "A las ocho de la noche me llamó mi hija diciéndome: "Mamá, dile al papi que nos acerque a Coolor" Y yo le contesté que su padre estaba en la cama porque había venido algo griposo, y además no era hora de ir a la discoteca. Y desde entonces no he vuelto a saber nada de ella. Yo no sé si irían a la discoteca, pero a la fiesta no, porque sabía que tenía que estar temprano en casa".

El matrimonio no dejaba de abrazarse fuertemente como si con ello consiguieran aliviar la angustia que les invadía. Fernando y Matilde no acertaban a comprender que podía haber pasado. Eran una familia normal que vivía en un amplio ático, con mucha luz, junto al trinquet, un pabellón donde se practica este deporte valenciano a medio camino entre el tenis y el frontón. Económicamente, las cosas iban bien. Fernando García había trabajado duro, empezando como vendedor, hasta poder montar su propia empresa de fabricación de colchones, un negocio en el que también participaban su padre y hermanos. Todo para que nada les faltara a su mujer y a sus tres hijos.

Miriam, de 14 años, era la mayor y acababa de empezar a estudiar Formación Profesional hacía justo un mes. Tímida e inteligente, poseía una belleza que, pese a su corta edad, hacía girar la cabeza a muchos jóvenes y a otros que lo eran menos. En casa tenía su cuarto propio, una amplia habitación con muebles de pino; sobre la cabecera de la cama estaban colgadas sus zapatillas de ballet y los pósters de las paredes representaban figuras de la danza. Quería convertirse en una gran bailarina como atestiguaba un gran letrero que había también en su cuarto y que decía "la danza es arte".

Aquella triste mañana sus hermanos, Fernando, un año menor que ella, y Martín, el benjamín de la familia, de 9 años, se habían quedado con sus abuelos paternos. Intuían que algo estaba pasando, pero todavía no sabían que Miriam había desaparecido.

La siguiente persona en sentarse en la crujiente silla de madera que había frente a la mesa del Sargento Huertas, en el Cuartel de la Guardia Civil de Picassent, fue una mujer, una madre con el rostro demudado por el miedo y el dolor.

MANIFESTACIÓN DE ROSA ANTONIA FOLCH ROMAGUERA

Por medio del D.N.I. acredita llamarse como queda expuesto, nacida el día 2 de mayo de 1.951, casada, ama de casa, hija de Adrián y Antonia, natural y vecina de Alcácer (Valencia), calle Maestro Chanzá, núm. 24 - 1º, denunciando que su hija llamada María Deseada Hernández Folch, nacida el 17 de febrero de 1.978, hija de Vicente y Rosa Antonia, natural de Alcácer y con el mismo domicilio materno, salió del domicilio sobre las 19,00 horas del día de ayer con dos amigas llamadas una Miriam y la otra Antonia, con el fin de venir a la denominada discoteca "COOLOR" de Picassent, ya que celebraba una fiesta de los estudiantes del Instituto de esta localidad de Picassent. Sin que hasta el momento hayan vuelto a su domicilio ni su hija citada ni las otras dos compañeras salieron con ella, desconociendo el paradero y las causas por las cuales n han vuelto. Que posteriormente han hecho gestiones en casas de familiares y amigos sin que se sepa nada de ellas.

Preguntada por las señas peculiares, dice que de 1,71 de estatura, complexión delgada, pelo castaño, corto con melena corta, liso; lleva pendientes pequeños azules, ojos verdes, nariz un poco chata, cara alargada, tez muy blanca; habla en valenciano; vestí en el momento de salir de su domicilio pantalón vaquero azul claro, una camiseta blanca y una cazadora de piel negra con cremallera, sin recordar el calzado. Va indocumentada y sin dinero.

La madre de Desirée estaba destrozada. Su marido Vicente padecía una enfermedad terminal, que le estaba matando poco a poco también a ella, y ahora esto.

"Mi hija salió ayer de casa después de preparar su bolsa para ir hoy a natación. Vino, me dio un beso y en ese momento oí abrirse la puerta de la calle y alguien que la llamaba. Era la Miriam, que venía a por ella para ir a los recreativos que hay aquí cerca, como hacían siempre. Cuando dieron las nueve y no venía, me preocupé. Pasó una hora y llamé a casa de sus amigas y me dijeron que ellas tampoco habían llegado. A las once mi marido se acercó al Ayuntamiento y ya estaban allí los padres y familiares de las demás, alarmados por la tardanza".

La familia vivía muy cerca del Ayuntamiento, en una vivienda situada en una primera planta, muy larga y estrecha. Unos azulejos color sepia decorados con dibujos de mazorcas de maíz, que servían de zócalo a un balcón que sobresale a la calle, eran la seña de identidad del hogar de la familia Hernández.

"La gustaba que la llamaran Desirée, -exclamaba entre sollozos Rosa Folch- y así me hubiera gustado registrarla a mí en el Juzgado. Pero no me dejaron, y entonces le puse el nombre de María Deseada, pero siempre la llamamos Desirée".

Desirée tenía también su propio cuarto. De la pared, junto a la cabecera de la cama, colgaban un par de patines nuevos; en una silla estaban los viejos, y repartidas por toda la habitación un buen número de medallas ganadas en diversas actividades deportivas.

A sus 14 años, casi rubia y de ojos verdes, estaba repitiendo Octavo de EGB. Según su madre el principal rasgo de su incipiente personalidad era, al contrario que su otra hija, lo lanzada y decidida que era. "Tiene el carácter más fuerte. Es una buena deportista desde siempre. Siendo una cría iba con sus patines por el pueblo a todo correr. Además piensa dedicarse al patinaje profesionalmente".

Ahora, esta madre tenía que regresar a casa a cuidar a su marido y a su otra hija. Allí le esperaba también la bolsa de deporte, con el bañador y la toalla, que Desirée había dejado preparada sobre la silla. Hoy su hija no iría a la piscina como todos los sábados.

El último turno para poner la denuncia le tocó a otra madre. Una mujer vital que intentaba que la angustia no se le asomara por la cara.

MANIFESTACIÓN DE LUISA RODRÍGUEZ REQUENA

Por medio de D.N.I., acredita llamarse como queda expuesto, nacida e día 13 de febrero de 1.945, casada, ama de casa, hija de Silverio y Antonia, natural de Sabiote (Jaén) y vecina de Alcácer (Valencia), con domicilio en la calle Francisco Martorell, número 46 bajo, denunciando que, su hija llamada Antonia Gómez Rodríguez, nacida el día 25 de mayo de 1.977, hija de Fernando y Luisa, natural de Valencia y con el mismo domicilio materno, salió del domicilio citado a las 19,00 horas del día de ayer 13 junto con otras dos amigas Miriam y otra María Deseada, con el objeto de ir a la discoteca denominada "COOLOR" de esta localidad de Picassent, por celebrar una fiesta en la misma para los estudiantes del Instituto de esta localidad de Picassent. Sin que posteriormente hayan vuelto a sus domicilios ni su hija ni ninguna de las otras dos acompañantes, cuya denuncia de desaparición consta en los folios número uno y dos de estas diligencias.

Preguntada si tiene idea donde se pueda encontrar su citada hija, dice que no. Que posteriormente han estado en casas de familiares y amigos y nadie le ha visto después de la hora citada que salió de su domicilio en día de ayer.

Preguntada por las señas peculiares de su mencionada hija, dice, dice que sobre 1,60 de estatura, complexión poco gruesa, pelo oscuro, liso y corto; lleva puestos aros de plata; ojos marrones, nariz un poco torcida hacia el lado izquierdo, cara ancha, tez blanca; habla valenciano y castellano; en el momento salió del domicilio vestía pantalón vaquero azul claro, suéter cerrado color gris y blanco y botas de ante color amarillas. Va indocumentada y sin dinero (sólo salió con 500 pesetas).

Doña Luisa había ido al cuartel con su marido, pero la declaración le había tocado hacerla a ella, "porque sabía mejor lo que llevaba puesto la chiquilla cuando salió". Fernando Gómez, el padre, estaba desconcertado. "Yo no sé qué ha podido pasar. No me lo explico -se lamentaba con marcado acento de la sierra de Cádiz que le vio nacer-. Mi hija se fue como todos los fines de semana a juntarse con las amigas. Luego se tardaba y se tardaba... Dicen que se han podido ir a la aventura. Yo no me lo creo, porque, ¿a dónde van a ir tres chiquillas y sin dinero? Porque la mía no lo llevaba. Las otras no lo sé".

Toñi, la mayor del grupo, de 15 años, vivía junto a sus padres y tres hermanos, dos varones y una mujer, en una casa baja casi en el borde del pueblo, vecina a los naranjales.

De ojos pardos y corto pelo negro, Toñi, que lo que más odiaba en el mundo era que la llamaran Antonia, había dejado los estudios y estaba a la espera de encontrar algún trabajo. Compartía el cuarto con su hermana mayor Luisa y sólo tenía un póster, en el que aparecían los chicos de la serie "Sensación de vivir". Luisa decía: "Si por ella fuera estaba el cuarto lleno de pósters de artistas, pero yo no le dejo. Eso sí, esas dos caretas de cerámica se las permití porque tenía mucha ilusión con ellas".

¿Qué había ocurrido?

Los padres de las tres sabían que nada bueno podía haberles pasado y que tenían que estar retenidas contra su voluntad. Sin embargo, los encargados de investigar su desaparición pensaron en un principio que probablemente se trataría de una escapada infantil, y que pocas horas o días después las tres pequeñas regresarían a sus domicilios dispuestas a aguantar la consabida regañina por haberse ido a vivir una aventura. Sólo esto puede explicar que la Guardia Civil, encargada de averiguar el paradero de las llamadas "niñas de Alcácer", tardara siete días en tomar declaración a las últimas personas que les habían visto esa fatídica tarde del viernes 13.

Oficialmente, las tres niñas lo primero que hicieron aquella tarde fue ir a visitar a una amiga de su misma edad.

MANIFESTACIÓN DE ESTER DÍEZ MARTÍNEZ

En Picassent (Valencia), siendo las 20,30 horas del día 20 de Noviembre de 1.992, personada en estas dependencias de la Guardia Civil, dice ser como queda dicho, nacida en Zamora...

PREGUNTADA para que diga si conoce a las tres chicas que faltan de su domicilio, dice si las conozco desde pequeñas.

PREGUNTADA para que diga, el último día que las vio, dice el viernes a las 20,15 horas, digo las 20,20 horas ya que miré la hora del vídeo.

PREGUNTADA para que diga donde las vio, dice en mi casa.

PREGUNTADA para que diga, si hablaron de algo, relacionada con marcharse de casa o de viajar, dice no.

PREGUNTADA para que diga a lo que fueron a su casa, dice si, fueron a verme ya que me encontraba enferma.

PREGUNTADA para que diga si recuerda el lugar donde se dirigían sus amigas, dice sí, me dijeron que se dirigían a la discoteca Coolor, ya que había una fiesta del Instituto de Picassent.

PREGUNTADA para que diga, si alguna de ellas estudia en dicho Instituto, dice no, si bien conocíamos a gente del mismo.

PREGUNTADA para que diga si tiene conocimiento de que alguna de ellas tuviese algún problema, no no tenían problemas.

PREGUNTADA para que diga si acostumbraban a ir a la discoteca en auto-stop, dice si, cuando perdíamos el autobús nos íbamos a dedo.

PREGUNTADA para que diga si tiene algo más que manifestar, dice que lo dicho es verdad en lo que afirma y ratifica...

Para llegar a la discoteca "Coolor" desde Alcácer hay que recorrer la carretera que une estos dos municipios (un kilómetro), atravesar todo Picassent (otro kilómetro) y caminar unos 500 metros hasta la discoteca. Este último tramo, a partir precisamente del lugar donde se encuentra el cuartel de la Guardia Civil, está oscuro y no hay viviendas al lado de la carretera. En ese lugar, rodeado de campos de naranjos, decenas de jóvenes clientes de "Coolor" hacen autostop en ambas direcciones, a pesar del autobús y las furgonetas fletadas cada fin de semana por el propietario de la discoteca, que recorren los pueblos de la zona para recoger y devolver a los adolescentes. Sin embargo, aquel fatídico viernes 13, al ser una fiesta del Instituto, no había autocar ni furgonetas.

Según Ester, sus tres amigas salieron de su casa a las ocho y veinte de la tarde; sin embargo, la única persona que las vio por las calles de Alcácer esa tarde, manifestó que era otra hora.

MANIFESTACIÓN DE FRANCISCO ANTONIO SORIA CHAVELI

En Picassent (Valencia), siendo las 19,30 horas del día 20 de Noviembre de 1.992, personado en estas dependencias de la Guardia Civil, acompañado de su padre D. José Soria Romaguera, el que acredita llamarse como queda dicho, nacido en...

PREGUNTADO para que diga si conoce a las tres jóvenes desaparecidas en la localidad de Alcácer, dice si las conozco de que un amigo mío salió con una de ellas y éramos de la cuadrilla de amigos.

PREGUNTADO para que diga si recuerda el último día que las vio, dice si, el viernes día 13 sobre las 19,45 horas.

PREGUNTADO para que diga el lugar donde las vio, dice por el Ambulatorio de Alcácer, las tres solas.

PREGUNTADO para que diga si habló algo con ellas, dice no, solamente las saludé ya que tenía prisa ya que tenía un examen de Graduado Escolar.

PREGUNTADO para que diga si tiene conocimiento del lugar a donde se dirigían, dice supongo que hacer auto-stop, aunque me extraña ya que por la tarde le pregunté a Desirée si venían a la Discoteca Coolor y me contestó que no venían.

PREGUNTADO para que diga si en alguna ocasión alguna de ellas comentó la intención de marcharse de casa o bien de tener intención de viajar, dice no, nunca comentaron eso.

PREGUNTADO para que diga si tiene conocimiento de si salían a discotecas distintas a la de Coolor, dice no tengo conocimiento.

PREGUNTADO para que diga si tenían amigos fuera del grupo suyo, dice si, por la parte de Silla, desconociendo quiénes son.

PREGUNTADO para que diga si tenían costumbre de hacer auto-stop, dice si, lo hacían de costumbre.

PREGUNTADO para que diga si tiene algo más que manifestar, dice que no que lo dicho es verdad...

Las siguientes personas que vieron aquella tarde a las niñas, fue una pareja que les trasladó en su coche hasta el cercano pueblo de Picassent, lugar donde se encuentra la discoteca "Coolor".

MANIFESTACIÓN DE D. FRANCISCO JOSÉ HERVÁS MARTÍNEZ

En Picassent (Valencia), siendo las 12,50 horas del día 19 de Noviembre de 1.992, personado en estas dependencias de la Guardia Civil...

PREGUNTADO para que diga si conoce a las tres jóvenes desaparecidas dice si las conozco de la localidad, si bien no tengo relación con las mismas.

PREGUNTADO para que diga la última vez que las vio, dice el viernes día 13 de los corrientes sobre las 20,15 horas, se encontraban a la salida de la localidad de Alcácer con dirección hacia Picassent, a la altura del último semáforo, cuando en compañía de mi novia Dña. María Luz López García, vecina de Valencia, nos dirigíamos a Picassent y al llegar a la altura de ellas encontrándonos parados en el semáforo, vimos que estaban con intención de preguntar a los conductores por si las traían, momento que les dijimos que si querían subir y las trasladamos hasta la primera gasolinera a la entrada de Picassent, donde se quedaron.

PREGUNTADO para que diga si en el tiempo que estuvieron con ellas les dijeron algo, dice que si que si las podíamos acercar hasta la discoteca Coolor, que tenían una fiesta del Instituto.

PREGUNTADO para que diga si las llevaron hasta la discoteca, dice que no las llevamos, dejándolas en la misma gasolinera, ya que tenía el vehículo estropeado.

PREGUNTADO para que diga si tiene alguna cosa más que manifestar dice que no que lo dicho es verdad en lo que se afirma y ratifica...

Este joven de 21 años, vecino de Alcácer, aseguró que se encontró a las tres niñas sentadas en la acera, frente a un semáforo a la salida del pueblo. Cuando detuvo su vehículo las llamó y Miriam fue la que se acercó hasta la ventanilla del conductor. Le dijo si querían que les llevaran y las tres subieron tranquilamente. Sin embargo, no pudo acercarlas hasta la discoteca porque su vehículo perdía mucho gasóleo e iba a dejarlo en un taller, por lo que Miriam, Toñi y Desirée se bajaron en la gasolinera que hay a la entrada de Picassent. De lo que estaba seguro Francisco José Hervás es que "las chicas no estaban haciendo dedo posiblemente para asegurarse de que no les cogía nadie sospechoso".

Su novia, sin embargo, afirmó lo contrario: las niñas estaban haciendo autostop.

MANIFESTACIÓN DE MARÍA LUZ LÓPEZ GARCÍA

En Picassent (Valencia), cuando son las 13,10 horas del día 19 de Noviembre de 1.992, personados en estas dependencias de la Guardia Civil, la que acredita llamarse como queda dicho...

PREGUNTADA si quiere prestar manifestación voluntariamente, dice que si.

PREGUNTADA para que diga si conoce a las chicas desaparecidas, dice que no, que no las había visto nunca.

PREGUNTADA cuando fue la primera vez que las vio, dice que fue el viernes día 13 sobre las 20,15 horas, que se encontraban a la salida de la localidad de Alcácer (Valencia), en el último semáforo de la Avenida de Ricardo Hernández, que se encontraban apoyadas en la pared, justo a la altura del semáforo, que ella iba acompañando a su novio FRANCISCO-JOSÉ HERVÁS MARTÍNEZ, en el vehículo de su propiedad.

PREGUNTADA si las citadas chicas les hacían auto-stop, dice que notó que las chicas estaban muy nerviosas, que hacían auto-stop y rápidamente bajaban la mano.

PREGUNTADA si observó si anteriormente otro vehículo había parado para subir a las chicas, dice que no.

PREGUNTADA si las chicas les comunicaron si podían trasladarlas a la localidad de Picassent, dice que no, que su novio las llamó con la mano y al llegar a la altura del coche, nos preguntaron si íbamos para Picassent, a lo que mi novio les dijo que si, que subieran y que las llevaríamos hasta Picassent.

PREGUNTADA si una vez en el interior del vehículo las chicas les hicieron algún comentario, dice que si que comentaron que iban hacia la discoteca COOLOR a una fiesta del Instituto.

PREGUNTADA si notó que se encontrasen nerviosas, dice que sí, que un poco nerviosas las notó.

PREGUNTADA para que diga si las llevaron hasta la discoteca, dice que no que las dejaron a la altura de la gasolinera de Picassent.

PREGUNTADA si tiene algo más que manifestar, dice que quiere hacer constar que al referirse a la gasolinera de Picassent donde dejaron a las chicas, se refiere a la llamada Gasolinera MARI, que no tiene nada más que manifestar, que lo dicho es la verdad...

Una vez que se bajaron del coche, ya en la cercana localidad de Picassent, las tres chicas comenzaron a caminar por la calle principal en dirección al interior del pueblo. Si aligeraban el paso, en menos de diez minutos podían estar en la discoteca "Coolor".

Cuando llevaban recorridos muy pocos metros, un joven que iba en su moto y que las conocía, se cruzó con ellas muy cerca de gasolinera.

MANIFESTACIÓN DE JOSÉ ANTONIO CANO LLACER

En Picassent (Valencia), siendo las 19,02 del día 20 de Noviembre de 1.992, personado en estas dependencias de la Guardia Civil...

PREGUNTADO para que diga si conoce a las tres jóvenes que faltan de su domicilio en Alcácer, dice sí las conozco a las tres.

PREGUNTADO para que diga de qué las conoce, dice por tener amistad desde hace unos tres años, si bien no salíamos en la misma gente.

PREGUNTADO para que diga si recuerda cuando fue la última vez que las vio, dice el viernes a las 20,20 horas, cuando me dirigía desde la discoteca Coolor hacia Silla, a unos 15 metros de la Gasolinera Mari con dirección al interior de la población de Picassent.

PREGUNTADO para que diga si habló algo con ellas, dice no solamente las saludé.

PREGUNTADO para que diga si las vio solas, dice si se encontraban solas.

PREGUNTADO para que diga si en ese momento vio algún vehículo en la gasolinera o inmediaciones, dice en la gasolinera había dos o tres coches sin poder precisar marcas o modelos, en cuanto alrededor de ellas no había vehículos ni personas.

PREGUNTADO para que diga si en el momento de saludarlas les observó alguna cosa que no fuese normal en ellas, dice no las vi que por los gestos, estaban normal, no viéndoles preocupadas ni nada.

PREGUNTADO para que diga si coincide con ellas en la discoteca, dice algunas veces si.

PREGUNTADO para que diga si tiene conocimiento de las discotecas que solían ir las tres jóvenes, dice que yo sepa solamente a Coolor.

PREGUNTADO para que diga si tiene conocimiento de que alguna de ellas tuviese algún problema, dice no tengo conocimiento.

PREGUNTADO para que diga si en alguna ocasión le manifestó alguna de ellas el querer marcharse de casa o salir de viaje y donde, dice, no nunca me habían comentado nada.

PREGUNTADO para que diga si tiene alguna cosa más que manifestar, dice que no que lo dicho es verdad...

Miriam, Toñi y Desirée se encaminaron por la calle principal de Picassent supuestamente hacia la discoteca. Era una hora con las aceras llenas de gente. Sin embargo, nadie las vio. Bueno, nadie que paseara por allí, pero si una mujer que estaba asomada a la ventana de su casa.

MANIFESTACIÓN DE DOLORES BADAL SORIA

A las 20,15 horas del día 21 de Noviembre de 1.992, comparece en esta Casa-Cuartel la que manifiesta llamarse Dolores Badal Soria, de 63 años de edad, casada, ama de casa... con domicilio en la calle Padre Guaita, nº 1, 2º, puerta 5, manifestando que, serían sobre las 20,00 horas del día 13 de noviembre de 1.992 (viernes), cuando se hallaba sola en el ventanar de su domicilio citado cuando vio a tres chicas jóvenes en la esquina del "CASAL" (travesía de la carretera VP-3065) las que estaban haciendo AUTO-STOP a los vehículos que circulaban procedentes de la entrada a Picassent por la parte Sur y con dirección Norte (Venta Cabrera), a las que vio después de haber hecho el alto a dos turismos y no parar ninguno, llegó un tercero que circulaba también en dirección Sur-Norte por dicha vía, el que detuvo la marcha al llegar donde se hallaban las tres jóvenes abriendo la puerta posterior sin bajarse ninguno de los ocupantes subiendo éstas en los asientos posteriores juntas con otros dos ocupantes que iban en los mismos al parecer hombres y en la parte anterior además del conductor iba otro individuo en el asiento del lado derecho como ocupante. En total cuatro individuos a los que les vio la cara a ninguno de ellos. Que una vez subieron las tres chicas continuaron la marcha por la misma carretera VP-3065 dirección hacia arriba Venta Cabrera.

Que posteriormente al enterarse de la desaparición de las tres jóvenes de la localidad de Alcácer y ver las fotografías (fotocopias) de las mismas, dice que cree que son las tres jóvenes que ella vio en el lugar indicado las desaparecidas.

Que el turismo donde subieron es de color blanco de cuatro puertas, más bien pequeño, desconociendo la marca y matrícula. Estando el mismo bien conservado.

Manifiesta que las tres jóvenes que ella vio subir al citado vehículo, una de ellas vestía pantalón negro, camisa blanca y chaqueta negra; las otras dos vestían pantalón y chaquetas vaqueros de color azul claro. Sin precisar más datos de éstas ni de los ocupantes iban en el referido turismo.

No teniendo nada más que decir se da por terminada la presente diligencia...

El testimonio de la Sra. Badal, una mujer de carácter, con las ideas muy claras y, desde luego, con una sinceridad y seguridad incontestables, las tres niñas subieron en un coche "de color blanco de cuatro puertas, más bien pequeño", en el que viajaban cuatro personas.

Según los datos oficiales que constan en el sumario, nadie más vio aquella tarde a Miriam, Toñi y Desirée. Habían desaparecido.

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