CASO ALCÁCER
Un periodista portugués telefoneó al
barco y habló con Anglés tras preguntar por él
«No parecía que le gustara hablar con él y
no entendía mucho de lo que el reportero le decía»
Dos oficiales y un marinero del City of Plymouth,
el buque a bordo del cual escapó Antonio Anglés de Lisboa a
Dublín en marzo de 1993, contaron en sus declaraciones ante agentes
de policía de Liverpool (Reino Unido) uno de los episodios más
inquietantes de cuantos sucedieron en las 43 horas que pasó el
polizón con la tripulación del mercante.
Teresa Domínguez, Valencia
Según el marinero que descubrió al triple asesino de Alcácer
robando comida de madrugada en la cocina del navío, el inglés Jo
Hanneghen, «sobre las 12.50 horas (del día 24 de marzo), se recibió
una llamada por radio de alguien de Portugal preguntando por él. El
segundo piloto le llevó al puente y yo fui allí a la una de la
tarde».
En la declaración efectuada dos días después en Liverpool, el
segundo oficial, Stephen Furness, relata ese incidente del siguiente
modo: «Mientras el polizón se encontraba en el puente, llegó un
mensaje de Lisboa. El polizón habló con ese informador, pero
aparentemente su portugués no era muy bueno».
El tercer testimonio, el ofrecido por el primer oficial, Kevin
McBride, es el más elocuente. «El polizón fue llevado al puente a
las 13.00 horas. Hubo una llamada de alguien en la radio del puerto.
Al parecer, había habido una noticia de prensa de los franceses
diciendo que habían captado a un portugués y que algún reportero
captó esto e hizo una llamada de enlace. La persona que llamaba era
al parecer un reportero de la radio portuguesa. El polizón habló
unas palabras con él, pero la línea no era buena. No parecía que le
gustase hablar con él y al parecer no entendía mucho de lo que el
reportero le estaba diciendo».
Un documento único
Si la tripulación está en lo cierto y el polizón mantuvo una
conversación, por corta que fuera, con un periodista de radio, es
más que posible que ese diálogo fuera grabado y emitido. De
continuar existiendo el registro, sería un documento único, ya que
un estudio comparativo entre esa voz y la del triple asesino -el
sumario del caso Alcácer incluye una cinta del contestador
automático de la casa de los Anglés en Catarroja que contiene la voz
del fugitivo- permitiría establecer, ya sin ningún género de dudas,
que se trataba de él.
La famosa llamada al barco se produjo día y medio después de que
trascendiera que un avión de rescate francés había localizado en
alta mar, en pleno golfo de Vizcaya, a un polizón del City of
Plymouth que había abordado el barco en el puerto de Lisboa. A esas
alturas, sumar era fácil. Toda la prensa portuguesa llevaba días
publicando que el temible «matador español» se había refugiado en el
puerto lisboeta y buscaba desesperadamente huir en un barco como
polizón.
Los oficiales estuvieron a
punto de tomarle las huellas
Durante el tiempo que Anglés pasó en el puente de
mando del City of Plymouth, entre las 12.50 y
las 14.30 horas del 24 de marzo de 1993, el segundo oficial
del buque, Kevin McBride, sugirió que se le tomaran las
huellas al polizón. Los oficiales desconfiaban de él tras
ver su documentación y comprobar que la foto de la cédula de
identidad no se correspondía con su cara. «Cuando
examinamos la foto después de ver al hombre de la cubierta,
sospechamos que tenía un documento falso, ya que era alto y
sus ojos eran distintos. No lo cogimos para no alertarle»,
declara el capitán, Kenneth Farquharson..
El primer oficial, Stephen Furness, recuerda que
intentaron medir su estatura «pero doblaba las
rodillas», tratando de parecer más bajo.
«Kevin sugirió que sacáramos el tampón y le tomáramos
las huellas.» Furness ensayó con sus propios dedos,
pero no fue capaz. «Entonces pensé que esto estaba
yendo muy lejos y que probablemente no tenía sentido.»
Se equivocaba. De haber terminado aquella sesión
improvisada de dactiloscopia, hoy nadie dudaría de la
identidad del polizón.
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El toxicómano que lo acogió
en Lisboa ha muerto
imagen cedida por antena
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.Carlos Joaquim Carvalho, el toxicómano portugués que
acogió a Antonio Anglés durante los quince días que el
presunto asesino de las niñas de Alcácer pasó en Lisboa
preparando su fuga como polizón de un buque, falleció en
octubre de 1997 como consecuencia del sida contraído años
antes. Antena 3 encontró y grabó imágenes de su tumba, en un
cementerio de Monte Caparica, a unos veinte kilómetros de la
capital lusa.
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