MARC AGLIATA

CORRESPONSAL

VALENCIA.- Una pena de 200 años de cárcel pesa sobre la cabeza de Miguel Ricart, el único acusado que se sienta en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia. Esta semana se cierra la vista oral del caso Alcàsser, un juicio que ha tenido a un fantasma como principal protagonista: el desaparecido Antonio Anglés.

Con la presentación, hoy, de las conclusiones de cada una de las partes personadas se pone un punto y seguido al primero de los juicios por el triple crimen que, hace más de cuatro años, conmovió a España.

En la sesión del 12 de mayo, la primera de esta largo juicio, Ricart contestó con un simple y seco «no» cuando se le preguntó sobre su presunta implicación en los crímenes de Toñi, Miriam y Desirée.

EL FINAL.- Tras cientos de horas de interrogatorios, tensiones y jornadas polémicas, hoy y mañana se conocerán las conclusiones provisionales o definitivas de las partes. El viernes se leerán también los informes finales de este largo proceso.

Y, si él quiere, quizá se pueda volver a oír la voz débil de Ricart. El sábado tendrá su oportunidad. La expectación sobre una nueva declaración de Ricart es máxima después de lo acontecido en la vista oral. Máxime cuando las coartadas que tenía El Rubio se han ido diluyendo una tras otra a lo largo de las sesiones. Ni la que fuera su compañera ni los que él consideró sus «amigos» han apoyado la única coartada de Ricart: él estaba con ellos la noche del crimen, el 13 de noviembre de 1992.

La clave de esta semana estará en conocer cuáles son las pruebas que los acusadores presentarán para acusar a Ricart. Ningún dato concluyente parece haberse presentado en las sesiones contra el único acusado. Es más, muchos han considerado que a pesar de quedarse sin coartadas, Ricart día a día escapaba cada vez más de una sentencia condenatoria.

CONFESION.- Un dato pesa sobre él como una losa: la autoinculpación de Ricart ante la Guardia Civil. El acusado ha afirmado sistemáticamente que lo hizo porque lo torturaron.

Una de las claves de la semana se centrará en la postura a tomar por las acusaciones particulares tras escuchar a todos los testigos y peritos y contemplar las pruebas documentales. La postura que adoptará la defensa de Fernando García, padre de Miriam, es la mayor incógnita.

El presidente del tribunal, Mariano Tomás, ha tenido que reprender en varias ocasiones durante el juicio a las dos acusaciones particulares por su papel usurpador de la defensa.

Sus preguntas, lanzadas en un intento baldío de demostrar la existencia de una red de pederastas dirigida por personalidades, han ignorado casi siempre en las intervenciones que Ricart era el único acusado.

La polémica, las claves

El tribunal que juzga el caso Alcàsser deberá aclarar muchos de los puntos oscuros que a lo largo del juicio se han ido creando en torno al triple crimen.

Enterramiento.- El catedrático Luis Frontela ha mantenido siempre la tesis de que las tres niñas -Toñi, Miriam y Desirée- fueron enterradas en dos lugares diferentes. De ser cierta esta teoría, se demostraría que las niñas fueron asesinadas en un lugar diferente al que las encontraron.

La sangre.- Uno de los principales enigmas del caso se centra en la inexistencia de manchas de sangre en el lugar donde fueron encontrados los cadáveres.

La cifra.- ¿Cuántas personas participaron en el crimen? Frontela llega apuntar que, al menos, siete. Los forenses oficiales dicen que dos personas son capaces de cometer el rapto, violación y asesinato.

La alfombra.- En la alfombra donde fueron encontrados los cuerpos de las niñas no hay rastro ni de sangre ni de semen, según el Instituto Nacional de Toxicología y en contra de lo mantenido por Frontela. El padre de Miriam ha mantenido que la alfombra era muy cara como para que estuviera en manos de delincuentes comunes como Ricart y Anglés, lo que confirmaría su tesis de la implicación de personas relevantes en la muerte de su hija y sus amigas.

Autopsias.- La clave del caso Alcàsser. Luis Frontela ha manifestado que las autopsias realizadas por seis forenses de Valencia estaban «muy mal hechas»: los cuerpos fueron lavados y no se hicieron radiografías. Los autores del estudio de los cuerpos negaron todas las tesis de Frontela.

El hombre del «as en la manga»

Fernando García, padre de Miriam, ha sido una de las estrellas del juicio. Ha participado en programas de TV y radio. Ha concedido entrevistas. Su objetivo, demostrar que en España hay una trama de pederastas presuntamente controlada por personas relevantes. El día anterior al comienz del juicio del caso Alcàsser afirmó que tenía «un as en la manga». Esa carta no la ha puesto aún sobre la mesa. García considera que Ricart es el chivo expiatorio en este caso.