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Martes, 17 de junio de 1997 EL MUNDO periodico


El tribunal del «caso Alcàsser» rechaza las tesis de Frontela y de García

Se mantiene el juicio con Ricart como único inculpado por el crimen

MARC AGLIATA

CORRESPONSAL

VALENCIA.- Luis Frontela recibió ayer un duro golpe a sus polémicas tesis sobre el triple crimen de Alcàsser. El presidente de la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia, Mariano Tomás, dijo que el forense sevillano realizó las pruebas a la famosa alfombra «de manera ilegal». El catedrático de medicina cometió «una grave irregularidad procesal», según Tomás, porque descubrió las supuestas manchas de sangre y semen cuando el sumario ya estaba cerrado.

La presidencia resolvía así el nuevo peligro de suspensión que se cernía sobre el juicio del caso Alcàsser. Mariano Tomás leyó ayer el auto, al comienzo de la sesión, que denegaba los permisos para analizar un supuesto pelo de Ricart, la teoría del doble enterramiento y las manchas. Dicho de otro modo, el Tribunal se decantaba por las hipótesis de los peritos oficiales y condenaba la de Frontela al ostracismo.

El revés que sufrió el profesor sevillano supone prácticamente el fin de las teorías que desde hace meses sostiene el padre de Miriam, Fernándo García, sobre una hipotética red de pederastas. En adelante será difícil, salvo sorpresas que alguna de las partes pueda demostrar la participación en los crímenes de otras personas que no sean los principales sospechosos: Miguel Ricart y Antonio Anglés.

«INFUNDADA Y GRATUITA».- De haber accedido a la obtención de la «información suplementaria», el tribunal que juzga a Miguel Ricart podría haber dado pie en un futuro a varios supuestos que anularían, tras los pertinentes recursos, la vista oral. Mariano Tomás alegó también que la «contestación científica» a las interrogantes que plantea el caso por parte de los expertos de Instituto Nacional de Toxicología es suficiente.

Frontela no podía tocar la alfombra cuando pasó por ella el láser. Su prueba pericial fue tachada ayer por el abogado de la acusación popular, Virgilio de la Torre, de «infundada y gratuita». Luis Frontela, desde Sevilla, reaccionó de inmediato tras conocer la decisión de los jueces: «Si un científico, en un momento dado, por el avance de la ciencia logra resultados ¿no es peor o hipócrita callarlos?», preguntaba ayer durante una rueda de prensa, informa Efe.

El director del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla añadió que «si en ese momento ha tenido resultados, en ese momento los dice y los publica», por lo que, en su opinión, apoyarse en un error de procedimiento «no es científico ni serio».

El forense no quiso dar su opinión sobre los análisis efectuados por el Instituto Nacional de Toxicología ni por los forenses de Valencia que intervienen en el caso y dijo que no se siente «atacado»: «No soy una víctima, sino que cada uno opina de una forma diferente». Según Frontela, se exageran unos hallazgos y se infravaloran otros, lo que «está confundiendo a la opinión pública».

INDIGNACION DEL FISCAL.- A pesar del revés del tribunal, el letrado de la acusación particular y un nuevo abogado de García, Miguel Arturo Caselles, todavía tuvieron valor para no arrojar la toalla. Con sus preguntas a uno de los apicultores que descubrieron y desenterraron a las niñas, intentaron reconstruir un negligente y desastroso levantamiento de cadáveres, pero las propias contestaciones y actuación del testigo redujeron su comparecencia a la anécdota. José Sala sólo pudo asegurar que no reconocía la alfombra que le mostraron.

La actitud de los dos abogados indignó al fiscal Enrique Beltrán. Con un genio desmesurado y sin piedad interrogó al testigo hasta dejar al descubierto sus lagunas culturales y su escasa credibilidad. «¿Usted sabe lo que significa la palabra anatomía? ¿Y pesquisas? Entonces, si no lo sabe, ¡cómo contesta a las preguntas!», dijo un Beltrán fuera de sus casillas. En la sala se oyó un intenso murmullo.

Las otras dos comparecencias que ayer se produjeron en la vista oral apenas aportaron datos nuevos. Las declaraciones de un trabajador de la discoteca hacia la que se dirigían las niñas y de un policía local de Catadau, ambos citados por la acusación particular, no dieron ni una sola información, en más de dos horas, sobre el único hombre que se sienta en el banquillo de los acusados: Miguel Ricart. Sobre el Rubio hace ya días que no se habla en el juicio de Alcàsser.

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