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Viernes, 16 de mayo de 1997 EL MUNDO periodico

JUICIO POR EL CRIMEN DE ALCASSER

Ricart no pudo explicar por qué conocía detalles reales del crimen


IRENE HDEZ. VELASCO

ENVIADA ESPECIAL

VALENCIA.-A pesar del silencio que Miguel Ricart anunció que guardaría, los letrados de la acusación popular se empeñaron en interrogarle. Y sólo con el poder de sus preguntas consiguieron tejer alrededor del acusado una tupida tela de araña.

Lo acorralaron, le clavaron el aguijón en las contradicciones en que había incurrido y estrecharon el cerco en torno a las torturas que, según el acusado por el crimen de Alcàsser, le infligió la Guardia Civil para arrancarle sus declaraciones. Pero tuvo la sangre fría para asistir al espectáculo de su cercamiento sin despegar los labios, sin levantar la vista del frente.

Colocó los codos sobre la mesa, apretó los puños, apoyó la cabeza sobre las manos, y aguantó. Dando la callada como respuesta a todas y cada una de las preguntas que le formularon los abogados de las dos acusaciones populares.

«No quiero contestar porque el lunes día 12, cuando empezó el juicio, la presidenta de Claro Campoamor hizo unas declaraciones en televisión que a mí no me gustaron nada», explicó Ricart para justificar su mutismo. Y a partir de ese momento, y durante más de dos horas, calló.

Ricart apretaba los dientes, y los músculos de las mandíbulas se le contraían. El letrado Virgilio Latorre le preguntaba en relación a la declaración del 2 de marzo de 1993, en la que Ricart se autoinculpaba de los hechos por los que ahora se le juzga:

«¿Recuerda que dijo que en el camino a la discoteca Coolor Antonio Anglés no llevaba pistola ni cuchillo? ¿Le informó la Guardia Civil de que, una vez que bajaron del coche, iban los cinco en fila india? ¿Que Antonio Anglés iba delante y usted detrás con una linterna? ¿Que las niñas pedían que las dejaran marchar y Antonio Anglés contestaba siempre que se callaran? ¿Que una vez que llegaron a la caseta encendieron una linterna pero dando luz roja para evitar que alguien les viera desde fuera? ¿Que cuando las jóvenes intentaron marcharse Antonio Anglés golpeó a Miriam y Desirée con una tranca mientras estaban atadas a un poste? ¿Le dijo la Guardia Civil que tenía que decir que cuando Antonio Anglés le introdujo a Antonia el pene por vía vaginal ésta daba muestras de que le dolía la penetración? ¿Le amenazó la Guardia Civil para que dijera que este hecho duró 10 minutos?»

«¿Le informaron de que usted se tumbó encima de Desirée, que la penetró durante cinco minutos, que se cansó y, sin llegar a eyacular, se retiró y se volvió a vestir? ¿Le dijeron que Antonio Anglés le recriminó porque le había parecido muy corto? ¿Que Desirée no opuso fuerza contra usted y sí contra Antonio Anglés? ¿Le dijeron que Antonio estuvo con Desirée 10 minutos en la violación que llevó a cabo con ella? ¿Le dijeron que fue Antonio Anglés el que cavó la fosa? ¿Que usted le dijo a Antonio que las dejara marchar porque dirían que habían sido dos encapuchados? ¿Que Antonio dijo que si las dejaban vivas los descubrirían? ¿Que Antonia y Desirée andaban con dificultades a la fosa y usted las ayudó? ¿Que Míriam era la que en peor estado se encontraba y era ayudada por Antonio?»

LARGO INTERROGATORIO.- «Usted dice que hay extremos que la Guardia Civil le puso de manifiesto; en concreto, que las niñas se encontraban en una posición determinada. Esta información, según ha declarado, la recibió antes de su segunda declaración judicial. ¿Cómo es posible que en su primera declaración, antes de la visita en la que se le informó sobre la posición de los cuerpos, usted ya había declarado la misma posición?»

«¿Puede explicar cómo es posible que la Guardia Civil le dijera la posición de los cuerpos de las niñas cuando el estudio de posición de los cuerpos no se conoció hasta cuatro meses después de esta declaración?»

«Usted dijo que Antonia se desvaneció y que eso no se lo dijo la Guardia Civil, que se lo inventó. ¿Por qué no Míriam o Desirée? ¿Sabe que el informe de la autopsia dice que Antonia se desvaneció al ser asesinada? ¿Que los resultados de la autopsia se conocieron cuatro meses después de su declaración?»

TOBILLOS «Dice que la Guardia Civil le dijo que usted tenía que decir que sujetaba a las niñas por los tobillos mientras Antonio Anglés las violaba. ¿Sabe que en la primera autopsia no se detectaron señales en los tobillos de las niñas? ¿Sabe que es en la autopsia de Frontela, realizada un año después de lo que usted declaró?

«¿Cómo es posible que la Guardia Civil le informase sobre ciertos extremos y, sobre el más misterioso, el arrancamiento de los pezones, usted diga ignorar todo? ¿Fue usted quien arrancó el pezón a Desirée? En todas las declaraciones, reconoce haber tenido contacto con Desirée. ¿Por qué con Desirée? Si ha tenido relaciones con Desirée, ¿por qué dice desconocer este extremo? Insisto: ¿es usted el que llevó a cabo el arrancamiento del pezón con unos alicates?»

Silencio absoluto. Ni una sola pregunta obtuvo respuesta. Pero el círculo tendido en torno a Miguel Ricart continuó cerrándose. Con más preguntas sin respuesta que, esta vez, elevaba la letrada de la otra acusación popular, Lourdes Ramón:

«¿Cómo explica que en los bajos del vehículo (el Opel Corsa del que era propietario Ricart) se hayan encontrado restos de tierra que, comparados con los de la fosa en la que se encontraron los cadáveres, resultan ser idénticos según un análisis del Instituto Nacional de Toxiología?»

El acoso fue tal que el defensor de Ricart se vio en la obligación de intervenir. Intentó poner freno a la caza del hombre. Y buscó apoyo en los magistrados: «Esto son más alegatos que preguntas», les espetó con la debida venia. Y les pidió que sólo permitieran la formulación de preguntas concretas. No lo logró.

Ricart siguió callado y apretando los dientes. Sólo abandonó el mutismo para responder a las preguntas de su abogado, que ayer comenzó a interrogarle. Y que hoy continuará haciéndolo, intentando destrozar la tela de araña que la acusación popular tejió ayer alrededor de su defendido.

Por otra parte, Fernando García, padre de Miriam, una de las niñas asesinadas, señaló ayer que tiene el convencimiento de que Ricart, único detenido por el triple crimen , «sabe muy poco porque, si no, hubiera tenido la misma suerte que Antonio Anglés». García aseguró que en este caso el acusado era una «víctima» y un «falso culpable». Según García, le parece «muy bien que Ricart no haya contestado a las preguntas de la acción popular, porque está en su derecho, y yo en su lugar haría lo mismo, porque si sale en televisión la presidenta de la asociación Clara Campoamor diciendo que es un asesino y que lo va a matar ...». Una de las cuestiones que precisó es que no dice que Ricart «no tenga nada que ver con el asunto». «Lo que digo es que es seguro que no mató a mi hija», concluyó.

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