LA PRENSA YA NO QUIERE SABER NADA
Reflexión crítica en torno al trabajo de los medios de comunicación
por AnglésManiaco


Como entradilla y teorizando superficialmente, puedo decir que la misión encomendada a los medios de comunicación no es simplemente la de informar, ya que al ser éstos el elemento mediador entre la sociedad y los poderes públicos y/o privados del país, paralelamente se genera una tremenda responsabilidad que únicamente debe asumirse desde el rigor, la seriedad y la veracidad. Bajándome ahora de la nube utópica y poniendo los pies sobre la tierra, centrémonos en lo que nos ocupa. No quisiera malgastar energías en catalogar y definir los actuales problemas y defectos del periodismo español. Sus fobias. Sus manías. Tampoco entro a valorar su criterio en cuanto a qué es noticia y qué no, pero sin lugar a dudas el Caso Alcácer no es precisamente un tema del que el gremio pueda sacar pecho. Nos encontramos probablemente ante una de las noticias de sucesos más impactantes de la historia reciente española. Con ella se abrió un boom informativo, una cadena de acontecimientos que a todos nos marcaron en mayor o menor medida. Desde la desaparición, la búsqueda, el macabro hallazgo, la fuga, la investigación, el juicio, la evolución del caso hasta la actualidad... demasiados asuntos que generan demasiadas noticias y demasiados protagonismos.

Y así fue al principio. Pero a día de hoy tenemos claro que Alcácer es un tema que no se toca. Los no versados podrían rebatir que toda noticia, una vez alcanzado cierto protagonismo, desaparece y se margina con la misma velocidad con la que nació. No se da el caso, pues durante más de 4 años estuvo siempre en la actualidad, en boca de todos. Para eso estaba Fernando García, para no dejar que todo se olvidara. Él se aprovechaba de los mass media, y a su vez éstos sacaban beneficio de él. Digamos que era una relación ventajosa para ambas partes. Pero actualizándonos ahora y hablando del presente, me pregunto: ¿Qué ha ocurrido para contemplar este ostracismo?.

Oficialmente el caso ni mucho menos se resolvió tras el juicio a Miguel Ricart, pues la versión oficial sostiene la culpabilidad de otro hombre declarado en rebeldía, cuya búsqueda ha sido un fracaso. Y, además, deja la puerta abierta a terceras personas. En la práctica como todos sabemos poco o nada se hace para proseguir con la investigación a nivel judicial, estando el llamado "Sumario B, contra Anglés y otros" prácticamente archivado. Pero a lo que quiero llegar es que no nos encontramos ante un caso resuelto, y debería ser por extensión un caramelo para la prensa. Bajo este tipo de casos, los medios de información siempre han jugado un papel muy importante. Sin embargo se desprecia cualquier tipo de contenido relacionado con el caso. ¿Por qué no se cumple una actitud de conciencia social, de denuncia, de simple recuerdo, de investigación, de memoria o incluso de opinión?. Posibilidades las hay, y para todos los gustos. Sin llegar al sensacionalismo, conspiracionismo o cualquier otra actitud. Ni siquiera en fechas señaladas (desaparición o hallazgo) se recuerda el caso aunque simplemente sea a modo de homenaje a unas víctimas inocentes sin entrar en otras consideraciones que pudieran "enfadar" a terceras personas.

Este aislamiento naturalmente no es espontáneo. Resulta curioso como otros actos de crónica negra una vez concluidos (y vuelvo a insistir en que Alcácer no lo está) continuan apareciendo en prensa cada cierto tiempo. E, incluso, se intentan depurar responsabilidades cuando ha habido un proceder claramente erróneo. Y que no se entienda este hecho como un agravio comparativo ya que no es mi propósito, pues una víctima es siempre una víctima, mereciendo cualquier tipo de atención, respeto y seguimiento a su caso. Ahora bien, no deja de ser sorprendente que en la inmensa mayoría de las ocasiones cuando se repasan sucesos relativos a menores desaparecidos siempre se pasa de puntillas (o directamente se ignora) el caso Alcácer.

Esta batalla, la de la prensa, ya está perdida. Verdaderamente se corrompió ya antes del juicio. Lo que contemplamos a nivel periodístico durante el proceso en la Audiencia a Miguel Ricart simplemente fue un sutil manejo de la situación. Bastante hábil en determinados momentos que lo requerían. A la hemeroteca de Viriato me remito. Ahora sólo queda que cada cual busque su verdad e intente obtener conclusiones.

 

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