Carta Num. 49: ASOCIACIÓN CLARA CAMPOAMOR Y ALCÀSSER: MARKETING DE LA MENTIRA


Todo comenzó allá por el mes de Noviembre de 2003 cuando la juez de Vigilancia Penitenciaria de Ciudad Real, Mercedes Pérez, decidió el cambio a segundo grado del interno Miguel Ricart (ver la secuencia de reacciones en la web de Viriato: http://www.geocities.com/elretorno2003/modifica/segundogrado.htm)

Durante los meses siguientes se produjeron diferentes movimientos, tanto judiciales como mediáticos por parte principalmente de la Asociación Clara Campoamor para evitar el paso a segundo grado de Miguel Ricart... algo que ya había sucedido un año antes cuando Ricart fue trasladado a la prisión de mínima seguridad coruñesa de A Lama y que a raíz de una contraofensiva del fiscal Beltrán y de los medios se saldó con el regreso de Ricart a la prisión de máxima seguridad de Herrera de la Mancha en Ciudad Real (ver por ejemplo: http://webs.demasiado.com/elpalleter/24.htm)

Toda esta secuencia de acciones, incluidos algunos insultos hacia la juez Mercedes Pérez, tuvo su fruto en Marzo de este año cuando la Audiencia de Valencia denegó el paso a segundo grado a Miguel Ricart (ver por ejemplo: http://www.elmundo.es/elmundo/2004/04/15/sociedad/1082030272.html)

Estos son los textos de los hechos... pero veamos ahora el contexto con cierta perspectiva...

Comencemos por este último enlace del 15 de Abril de 2004 que mostramos en la siguiente imagen escaneada en el que se reproduce un comunicado triunfalista de la Asociación Clara Campoamor, del que entresacamos los siguientes párrafos:

 

El 'triunfalismo' de la Asociación Clara Campoamor en su presunta 'lucha' por la justicia

 

“Así, califican esta medida como un nuevo éxito en su lucha por defender los derechos de las víctimas de delitos, a pesar de que sólo se ha tenido en cuenta el recurso interpuesto por el Ministerio Fiscal y se han rechazado los dos interpuestos por esta Asociación”

“El comunicado de la asociación añade que las familias de las tres niñas llevan más de una década peleando por que se haga justicia en este caso”.

“Asimismo, recuerda que ésta era la segunda ocasión en que se ha intentado conceder el segundo grado a Miguel Ricart, pese a los informes contrarios de los/as profesionales de Instituciones Penitenciarias; unos informes a los que sí ha hecho caso la Audiencia de Valencia considerando injustificada la medida adoptada por la juez de Vigilancia Penitenciaria de Ciudad Real”.

 

En este comunicado hay tres cosas que nos llaman poderosamente la atención.

La primera (1) es la referencia “victimista” que hace la Asociación Clara Campoamor respecto al rechazo de la Audiencia a sus recursos contra el paso a segundo grado de Ricart. Esto es algo sorprendente. Más si cabe si consideramos la formación presuntamente jurista de los representantes jurídicos de la Asociación Clara Campoamor, algo que nos hace sospechar que no se trata de un error sino de una estrategia de marketing.

Para comprender la decisión de la Audiencia de Valencia de rechazar los recursos de la Asociación Clara Campoamor tenemos que recurrir al fiscal Eleuterio González Campo en su interesante documento sobre la clasificación de los tratamientos penitenciarios (http://www.fiscalia.org/doctdocu/doct/clasiftratam.pdf), donde en el Artículo 12 de la ley de Régimen Penitenciario se deja claro que tan solo el propio interno y el fiscal son los que pueden recurrir el cambio de grado de un interno. Por tanto ni la acusación particular ni la acusación popular que en su día concurrieron al juicio pueden recurrir la decisión de la juez de Vigilancia Penitenciaria. Así que si los abogados de la Asociación Clara Campoamor no se habían leído esta ley ya lo están haciendo para no hacer el ridículo otra vez ante la justicia y ante la sociedad con comunicados victimistas diciendo que les “han rechazado” sus recursos (no es la primera vez que les pasa, pues en su afán de notoriedad y marketing algún juez les ha advertido que no son quien para recurrir en los cambios de grado de los internos)... esto tal vez tenga su explicación algo más adelante...

La segunda cosa (2) que nos llama la atención de este comunicado es la permisividad con que la Asociación Clara Campoamor tiene acceso a los informes sobre internos de Instituciones Penitenciarias. ¿Cómo es posible que no estando habilitados por ley para recurrir el cambio de grado de un interno tengan acceso al informe confidencial sobre el mismo al que sólo tiene acceso la defensa del interno, el fiscal y el juez de Vigilancia Penitenciaria?. ¿Quién les ha filtrado el informe sobre Miguel Ricart?... pero tal vez haya algo más grave en esta actitud numantina de la Asociación Clara Campoamor... el desconocimiento de la verdadera finalidad de la función penitenciaria... que no es el castigo por el castigo o la venganza sino la recuperación del delincuente para la sociedad... un desconocimiento que se une a otro no menos grave: han de saber los miembros de la Asociación Clara Campoamor que la mayoría de informes psicológicos de los internos más “problemáticos” de Instituciones Penitenciarias no suelen ser favorables por motivos obvios: ningún psicólogo de Instituciones Penitenciarias se suele “mojar” con informes favorables a internos como Miguel Ricart (o Luis Roldán, ver hoy mismo en la separata CRONICA del diario El Mundo) por la sencilla razón de que tal cosa podría poner en peligro su carrera (no olvidemos que Instituciones Penitenciarias depende del Ministerio de Interior)... además, no deben desconocer los miembros de la Asociación Clara Campoamor que el mismo aislamiento de los internos “problemáticos” (problemáticos para el poder) contribuye a su destrucción psicológica... algo que se retroalimenta con los informes desfavorables siendo este fenómeno ampliamente conocido por los jueces y juezas de Vigilancia Penitenciaria como “la pescadilla que se muerde la cola”... aislamiento->problemas psicológicos->informes desfavorables->mantenimiento de grado->aislamiento... algo que obviamente provoca que la “patata caliente” de los cambios de grado de estos internos la tenga que asumir en solitario los propios jueces de Vigilancia Penitenciaria... este es el contexto de los informes desfavorables de Miguel Ricart... pero, claro, esto es algo que no le preocupa en absoluto a la Asociación Clara Campoamor porque conocer la verdad o hacer justicia con las niñas de caso Alcàsser no es su objetivo sino la apariencia de que se está haciendo justicia con el aislamiento Ricart (a la vez que se “olvidan” sin tapujos de “Anglés y los otros” como veremos más adelante)... es decir, lo que persiguen claramente es el marketing y la publicidad gratuita para su Asociación (sin estar habilitados por ley para recurrir el cambio de grado de Ricart les hicieron un reportaje para la TV... muy curioso).

Y, por último, la tercera (3) que más nos llama la atención es que califiquen de éxito esta decisión a la vez que reclamen cierto protagonismo en la “lucha por la justicia” en el caso Alcàsser. Esto último si que clama al cielo...

... pero volvamos a ver este “triunfalista” comunicado en clave histórica. Para ello nos retrotraeremos a una entrevista que hemos conseguido en la Hemeroteca Valenciana del periodista del diario El Mundo Emili Gisbert de Abril de 2001 realizada a la Asociación Clara Campoamor que mostramos en la siguiente imagen escaneada y del que entresacamos los siguientes párrafos:

 

La 'estrategia' de la Asociación Clara Campoamor al descubierto

 

“La acción popular (Asociación Clara Campoamor) en el denominado caso Alcàsser considera, a efectos judiciales, que el sumario que permanece abierto por la localización de Antonio Anglés como presunto coimputado de Miguel Ricart en el triple asesinato de las niñas de Alcàsser, no tiene ningún futuro.”

“Los portavoces de la acción popular (...) aseguran que sus últimas acciones tienen que ver con los intentos de los representantes legales del condenado de obtener un beneficio en el grado del recluso que le permitiera obtener permisos carcelarios.”

“Los representantes jurídicos de la acción popular (...) se opondrán de forma estratégica a que Ricart pueda gozar de permisos carcelarios”.

 

Ahora se puede entender algo mejor el punto (1) al que hacíamos referencia anteriormente cuando los portavoces de la Asociación Clara Campoamor decían abiertamente a Emili Gisbert en Abril de 2001: (...) “se opondrán de forma estratégica a que Ricart pueda gozar de permisos carcelarios”...... estratégica... es decir, pase lo que pase, aunque la evidencia y la verdad estén en otra parte... ese es su descarnado marketing que les habilita para salir en prensa y televisión como miembros de un sistema policial y judicial al que le importa un pimiento lo que realmente pasó con las niñas de Alcàsser y quienes son esos “otros” cuyo ADN se conoce pero que a ustedes esto de las técnicas del ADN (o la entomología forense que puso en cuestión la existencia de un único enterramiento) les suena a chino... desde luego, por nuestra parte, no nos sentimos representados por su adjetivo “acusación popular”... por favor, ¡¡no nos representen nunca más!!.

Pero tal vez lo más nos llama la atención es el fuerte contraste entre estas dos imágenes escaneadas de sendos artículos publicados en el diario El Mundo. Entre Abril de 2004 y Abril de 2001. Cuando la Asociación Clara Campoamor califica de “éxito” esta decisión a la vez que reclama cierto protagonismo en la “lucha por la justicia” en el caso Alcàsser. Esto último si que clama al cielo... porque ustedes, señores y señoras de la Asociación Clara Campoamor... ¿con qué cara pueden reclamar un lugar en la historia de esta lucha cuando durante tanto tiempo “han mirado para otro lado” cuando se hacía referencia a los “otros” del caso Alcàsser?. Ustedes han centrado toda la lucha judicial de este caso en el relato de Miguel Ricart... un Miguel Ricart al que ustedes no pudieron acusar con prueba alguna... pues durante un tiempo recurrieron para aplazar el juicio en espera de las pruebas... unas pruebas que nunca llegaron... y eso lo saben muy bien.

Sin embargo, ustedes hicieron caso omiso, siguieron “mirando para otro lado” cuando esas pruebas que tan ansiosamente esperaban dieron como resultado la existencia de al menos siete individuos cuyo ADN se conoce... y ninguno es Ricart o Anglés. En vez de la coherencia ustedes optaron por el marketing: participar en el juicio en calidad de acusadores sin prueba alguna contra Ricart. Eso, lo saben perfectamente, no es un activo sino un pasivo, un “marrón” en el historial de su Asociación. ¿Qué cara pondrán cuando la verdad salga a la luz y se localice a los verdaderos asesinos de las niñas?. ¿Nos dirán entonces que ya sospechaban que Ricart era un “acusado de pega”?. ¿Por qué no lo dicen ahora?. ¿Temen que les corten el grifo a sus subvenciones si se vuelven “incómodos” para el poder?.

¿Qué hay pues de esos “otros”, señores y señoras de la Asociación Clara Campoamor?... Por si no lo saben el título mismo del Sumario B que se tramita en Alzira (en la actualidad sobreseído provisionalmente) dice textualmente: “contra Antonio Anglés y otros”. ¿Qué hacemos con esos “otros” cuyo ADN se conoce, señoras y señores de la Asociación Clara Campoamor?... ¿nos olvidamos de ellos?... ¿nos olvidamos también de las pruebas de entomología forense que apuntan a un doble enterramiento?, ¿quieren pasar a la historia como los que dejaron que esos “otros” se marchen de rositas?... ¿acaso quieren ser cómplices de esta infamia?...

Ustedes (vamos a hacer memoria) se opusieron en sucesivas ocasiones a que el primer Sumario 1/93 se cerrase sin mas pruebas que las del “relato” de Miguel Ricart. Hay constancia de ello en el Sumario y en los Rollos de Sala de que ustedes estuvieron codo con codo luchando con Fernando García para que el juez Bort y el fiscal Beltrán no dieran carpetazo al caso con únicamente el endeble testimonio de Miguel Ricart. Por eso en Noviembre de 1994 recurrieron junto con la acusación particular para dar oportunidad a las investigaciones abiertas sobre los pelos y dar esperanza a otras líneas de investigación y después en Noviembre de 1996 volvieron a recurrir junto con Fernando García para que se realizara el análisis de ADN mitocondrial de los pelos encontrados en las ropas y cuerpos de las niñas.

Sin embargo, tal vez decepcionados porque ninguna de esas investigaciones “daba carpetazo” a la acusación contra Miguel Ricart y Antonio Anglés (no se encontraron ninguna prueba contra ellos, pero sí contra otros 7 individuos... individuos que parece les importan un pimiento) ustedes decidieron concurrir al juicio sin más armas que las mismas que en su día les prestase Ricart con su “verdad revelada”, participando en grado de comparsa con el fiscal Beltrán en el paripé de justicia en que se convirtió el juicio. “Sin pruebas, no juicio” era el clamor popular en el pueblo de Alcàsser... pero ustedes, miembros de la Asociación Clara Campoamor, que se autodenominaron “acusación popular del caso Alcàsser” decidieron no oír la voz del pueblo y seguir en un juicio sin base alguna para acusar a Ricart y ni siquiera denunciar lo que estaba pasando. Ustedes, miembros de la Asociación Clara Campoamor, decidieron lo del mono: no ver, no escuchar, no hablar. Tal vez, pasados ya 7 años desde el juicio habría que preguntarse que cosa les motivó ha participar en tal circo.

Creemos que la respuesta está en el marketing, es decir, en los millones de pesetas de subvención que estaban en juego, el ser recibidos en los despachos gubernamentales, el reconocimiento como “acusación popular fiable, domesticable y sin problemas”... en fin, el pisar moqueta (o alfombra) al precio que fuera... aunque para ello tuvieran que esconder lo que hasta el inicio del juicio era una trayectoria coherente: “Sin pruebas, no juicio”. Ustedes prefirieron los barcos a la honra... participar de esta mentira de Estado que fue la (presunta) investigación, el sumario, el juicio y la sentencia. Asuman entonces esta crítica como un recuerdo de cómo ustedes mismos destruyeron su propia credibilidad ante el pueblo de valenciano... porque, al fin y al cabo: ¿qué diferencia sustancial existe entre el estado del Sumario en Noviembre de 1994 cuando ustedes recurren por primera vez solicitando el análisis de los pelos y Noviembre de 1996 cuando vuelven a recurrir exigiendo las pruebas de ADN?. Sean coherentes. Hasta Noviembre de 1994 tan sólo existe el relato de Ricart del 2 de Marzo de 1993. Ninguna prueba. En 1994 y en 1996 ustedes no tienen nada objetivo para acusar a Ricart. El fiscal Beltrán tampoco, pero eso nunca le importó. Por eso recurrieron ustedes junto a Fernando García. Para averiguar la verdad. Para saber si el relato de Ricart es consistente con las pruebas. Y para dar una oportunidad al principio fundamental de la carga de la prueba. Pero cuando llega el juicio ustedes deciden seguir adelante con las únicas alforjas de la célebre “confesión” de Ricart que ustedes junto con el fiscal y los jueces de la Audiencia de Valencia elevaron a la categoría de “verdad oficial”. No tenían pruebas. Pero tenían un acusado, una sentencia y una “verdad”. Se pasaron por el arco del triunfo la carga de la prueba... pero daba igual... porque a ustedes no les preocupa la justicia y la verdad... sino la apariencia de que se ha hecho justicia... todo por la estrategia... todo por el marketing.

Señores y señoras de la Asociación Clara Campoamor: asuman su responsabilidad histórica y expliquen a sus futuros “clientes” a los que vayan a defender que en el caso Alcàsser cometieron un grave error al anteponer el marketing al esclarecimiento de la verdad del asesinato de Desirée, Miriam y Toñi, por no ser consecuentes con la actitud que les llevó a recurrir en varias ocasiones el cierre del sumario. Recuperen esa actitud. Recuperen el espíritu que les llevó a recurrir en Noviembre de 1994 y Noviembre de 1996. Porque... ¿para qué recurrieron entonces sino era para averiguar la verdad?... ¿o también aquello era marketing?. Están a tiempo. En sus manos está reabrir el Sumario B con el informe de los pelos, el informe del ADN y el informe de entomología forense (fauna cadavérica). Son informes clave que cuestionan científicamente la versión oficial: hay al menos 7 asesinos (la versión oficial dice que solo 2), no hay pruebas contra Anglés ni Ricart (la versión oficial dice que fueron Anglés y Ricart porque así lo dice la confesión inicial de Ricart... que por supuesto es “la verdad”), hubo al menos dos enterramientos (la versión oficial dice que el asesinato y el enterramiento fueron en el mismo lugar).

Pero, por favor, no nos intenten vender que este Sumario B “no tiene ningún futuro” porque no se encuentra a Antonio Anglés... porque no es de Antonio Anglés de lo que estamos hablando sino de esos “otros” que ustedes han olvidado durante demasiado tiempo. De esos “otros” y de muchas cosas que se denuncian en estas webs y que ustedes, como “acusación popular” deberían haber prestado atención... si es que su grado de “domesticación” hacia el relato de Miguel Ricart no ha llegado a un punto irreversible. Pero, por favor, no insistan en reclamar triunfalismo alguno en la lucha por la justicia y la verdad de este caso porque estos hechos (por lo manifestado a los medios no ven problema alguno en cerrar el caso habiendo al menos siete asesinos de las niñas sueltos... bien, ustedes mismos) demuestran que a ustedes lo único que les preocupa es el marketing... el marketing de la mentira.

 

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